Tras meses de rumores, ya es completamente oficial: Argentina ha cerrado la compra de cinco Super Étendard Modernise (SEM) al fabricante francés Dassault por 12,5 millones de euros. Las aeronaves llegarán en diciembre a Argentina y lo harán por mar.
El embajador de Francia en Buenos Aires, Pierre Henri Guignard, confirmó en una entrevista a la agencia de noticias Reuters que "acabamos de ceder cinco aviones caza de Super Étendard que son un poco antiguos, pero que son importantes para ellos (los argentinos)". A su juicio, el precio por el que se ha cerrado la operación es "un poco simbólico" porque no son equipos nuevos.
Sin embargo, según apuntó, esta compra permitirá que el país austral pueda contar con aviones de combate operativos, sobre todo, de cara a la cumbre del G20, que se celebra el próximo año en Buenos Aires. La declaración se produce apenas una semanas después de que el propio Gobierno argentino confirmase la operación, tal y como publicó Infodefensa.
Nuevas capacidades para la Armada
Los cinco Super Étendard son una versión modernizada del original: la SEM 5, que es la más reciente de todas y que entró en servicio en 2006, nueve años antes de su desprogramación definitiva. Las aeronaves cumplen operaciones de ataque contra objetivos navales, terrestres y de defensa aérea, y pueden operar tanto desde tierra como desde portaviones. Su incorporación, aunque también beneficiará a la Fuerza Aérea, fundamentalmente permitirá que la Armada argentina recupere una capacidad que tuvo durante años y que parecía destinada al olvido.
Estos cazabombarderos fueron diseñados por el fabricante de aviones francés Dassault-Breguet para la Marina francesa y son viejos conocidos de Argentina, ya que la Armada utilizó cinco de ellos durante la guerra por la soberanía de las islas Malvinas contra Reino Unido en 1982. Entonces, sirvieron para atacar (y, finalmente, hundir) el buque inglés Sheffield con misiles Exocet. El país austral se convirtió así en el primero en usar estas aeronaves en una batalla.
En ese momento, Argentina adquirió 14, tres de los cuales quedaron completamente destruidos en accidentes. En cuanto a los 11 restantes, que permanecen fuera de servicio, la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) lleva desde 2014 tratando de negociar con las autoridades francesas la compra de repuestos y nuevos equipos que permitan modernizarlos y volver a ponerlos en marcha, pero la grave crisis económica que ha atravesado dicho organismo durante la última década, les impidió concretarlo, como ya publicó Infodefensa. En mayo pasado, Francia dio una vuelta de tuerca y les ofreció otros seis, cifra que finalmente se redujo a cinco en el acuerdo final.