Thales España ha presentado en el aeródromo de Marugán (Segovia) su sistema antidrón o C-UAS. La empresa intentará introducir en el mercado europeo este instrumento, llamado Horus Captor, que ya ha sido vendido en un país del Sudeste Asiático. El antidrón, que incorpora un inhibidor de Droneshield, es capaz de detectar, identificar y neutralizar microdrones (menos de dos kilogramos) y nanodrones (menos de 25 kilogramos) en entornos civiles y militares. Thales mostrará su producto en FEINDEF.
Los drones representan una amenaza ante la sociedad al ser tan pequeños que son muy difíciles de detectar. Además, los sistemas comerciales son muy baratos y, actualmente, no se requiere de licencia ni de un registro obligatorio para adquirilos. Por lo tanto, es muy fácil que proliferen.
En este sentido, el responsable de producto de Thales Programas, Gonzalo Aréchaga, ha indicado que “el año pasado se vendieron a nivel mundial más de 6.000 millones de euros en drones y se espera que sean 12.000 millones en el 2020. Además, hoy en día hay un total de 10.000 drones de uso profesional operando en Europa y se estima que en 2035 haya unos 400.000”.
Los medios que se han utilizado hasta ahora para localizarlos, como los radares, no estaban diseñados para detectar objetos tan pequeños y los confundían con pájaros, por lo que se descartaban. Es decir, detectar con un radar un Phanton (microdron de DJI), que ocupa menos de 0,01 metros cuadrados, es misión imposible para un sistema normal.
Aréchaga ha detallado que “después de lo de Gatwick es indispensable poseer sistemas antidrones. Todo el mundo sabe que los drones, cuando se usan mal, pueden ocasionar muchos problemas. Hay drones que han conseguido aterrizar en el portaaviones más grande de Reino Unido y algunos han chocado contra aviones, y se han llegado a encontrar imágenes del palacio presidencial de Corea del Sur en drones de Corea del Norte”.
La solución de Thales para poder atajar a esta amenaza es el Horus Captor, que se puede utilizar en cualquier tipo de espacio aéreo, tanto civil como militar, espacios urbanos o rurales. El sistema está compuesto por una tecnología innovadora que ya han sido probados y demostrados. Y es que el Horus ya ha sido desplegado por las Fuerza Armadas de un país del Sudeste Asiático.
El C-UAS de Thales se compone de un radar y un radiogoniómetro (detector de señales y estaciones de control de drones). Además de detectar la posible amenaza, estos instrumentos son capaces de identificar si es un dron o no.
Por otro lado, Thales utiliza un sistema optrónico (llamado Gecko) de muy alta calidad y con cámaras térmicas para certificar si ese dron lleva una carga que pueda suponer una amenaza para el usuario, como una bomba.
Una vez detectado e identificado el UAV, se procede a la neutralización. Para ello, la empresa aporta un inhibidor que corta la señal de emisión radio. “En este caso, los drones o aterrizan en modo seguro o se dan la vuelta a su punto de origen”, ha explicado Aréchaga.
Para el entorno urbano (manifestaciones, estadios, conciertos, celebraciones de elecciones, etc) Thales cuenta con una solución de detección pasiva (radiogoniómetro), que tiene la ventaja de que no emite señales, solo las recibe, lo que lo hace totalmente seguro para instalar y operar en cualquier entorno. Además de esto, se pondría en uso el Gecko para verificar que es un dron y, por último, con la correspondiente autorización, poner en marcha el inhibidor.
Para los entornos no urbanos (aeropuertos, cárceles, estaciones militares, etc) se puede añadir un radar que emite radiación. En concreto, este sistema tiene muy poca potencia, un vatio, lo que significa que a cinco o diez metros de distancia es seguro ponerse delante.
El C-UAS tiene un radio de 90º, lo que ofrece una cobertura de detección de unos cuatro kilómetros, de identificación de unos dos kilómetros y de neutralización con el inhibidor de dos kilómetros.