El pasado 8 de noviembre, la fragata Helge Ingstad de la Armada de Noruega acabó en el fondo del mar después de chocar con el petrolero Sola TS en la costa oeste del país nórdica. Tras el incidente, las autoridades noruegas iniciaron una polémica investigación que culpó en primera instancia a Navantia, como constructor del buque, del hundimiento de la embarcación, una versión que después fue cuestionada por otras fuentes como la Armada española, cuyas fragatas F-100 comparten diseño con las de la Marina noruega.
Dos meses y medio después de la colisión, los esfuerzos están puestos en reflotar la fragata a la espera de las conclusiones finales de la investigación oficial. Mientras tanto, un nuevo estudio difundido recientemente aporta detalles interesantes sobre el cúmulo de errores que condujo al fatal desenlace.
El documento analiza en profundidad las causas que provocaron el accidente y ofrece interesantes gráficos explicativos con las características de los dos buques implicados junto con otras variables como la velocidad en el momento del impacto. En líneas generales, el informe, publicado por Pedro Carrasco doctorando en Matemática Aplicada en la Universidad Politécnica de Valencia, cuestiona la actuación de la dotación del buque en los minutos previos al accidente y después de la colisión.
Hay que recordar que, según la información facilitada por Noruega, la tripulación abandonó el barco apenas 11 minutos después del accidente sin aplicar ninguna medida que permitiera mantener la embarcación a flote.
“La colisión fue causada por una cadena de erros que llevó a la pérdida de una fragata de 500 millones de euros. Si se hubiera observador el Colregs (Convención sobre el Reglamento Internacional para Prevenir las Colisiones en el Mar) y las buenas prácticas de manejo de puentes y marineros, la colisión no habría ocurrido. Este es el error principal”, concluye el informe
Y añade: “La decisión de abandonar el barco lo antes posible y posteriormente aterrizar la fragata con fuerza en las rocas también debe analizarse detenidamente, ya que pueden haber afectado negativamente las posibilidades de supervivencia de la fragata”.
Las autoridades noruegas apuntaron en un principio que los problemas de estanqueidad en la plataforma tuvieron mucho que ver en el hundimiento final. Sobre este asunto, el informe recuerda que “La condición estructural se certificó por última vez satisfactoriamente por la sociedad de clasificación DNV-GL y la Supervisión de Materiales de Defensa de Noruega (FMT) en abril de 2018 (aprobación de DNV)”.
Mientras que “la condición de estanqueidad está asegurada por los 13 mamparos herméticos, como es el caso de la estanqueidad al agua de las fragatas F-100 españolas y clase australiana Hobart”.
El documento también señala que “el área donde chocaron los barcos está bien señalizada. Si el F-313 hubiera cambiado de rumbo a estribor y verificado su velocidad al mismo tiempo y SOLA TS hubiera cambiado ligeramente a estribor, ambos barcos habrían pasado de un lado a otro a babor”. Además añade que los sondeos de profundidad cerca de la costa determinaron que eran aguas seguras para la navegación.
En el siguiente enlace puede encontrar el informe completo: www.linkedin.com/pulse/f-313-collision-facts-report-pedro-carrasco-pena/