La artillería del Ejército español pone a prueba sus obuses M109 y SIAC con munición Excalibur
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La artillería del Ejército español pone a prueba sus obuses M109 y SIAC con munición Excalibur

En el ejercicio Gazola, el más importante del año, se han efectuado también disparos con proyectiles ER02A1 / Además han participado drones Tarsis y Orbiter
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El Mando de Artillería de Campaña (MACA) del Ejército de Tierra ha desplegado toda su potencia de fuego en el campo de maniobras de San Gregorio (Zaragoza) en el ejercicio Gazola 25, sus principales maniobras del año. Las unidades de artillería han efectuado con los obuses autopropulsados M109 y remolcados SIAC 155/52 disparos de munición inteligente M-982 Excalibur y ER02A1 BB -esta última de fabricación española-.

En esta edición también ha participado el Grupo de Artillería de Desembarco de la Brigada de Infantería de Marina, con sus obuses M109 cedidos por el Ejército de Tierra en 2020

Junto con las piezas, el Grupo de Artillería de Información y Localización II/63 ha desplegado sobre el terreno sistemas aéreos no tripulados Tarsis y Orbiter para la adquisición de objetivos. El ejercicio además ha contado con la presencia de otras unidades como la Brigada Paracaidista y la Brigada de la Legión

El propio Ejército de Tierra destaca el empleo de proyectiles inteligentes tanto Excalibur como ER02A1 BB, ambos de 155 mm. Los artilleros españoles empezaron a recibir en 2023 la munición Excalibur, con un alcance superior a los 50 kilómetros, adquirida a la firma estadounidense Raytheon. Los primeros disparos tuvieron lugar a finales de ese año

Ejercicio artilleria Ejercito de Tierra III
Firma: ET

Respecto al proyectil ER02A1 BB, está fabricado por la española Rheinmetall Expal Munitions. Esta munición de 155 de altas prestaciones, con un alcance que ronda los 40 kilómetros, cuenta con unidad base bleed, propulsión por carga modular y espoleta EC-102. Tiene un dispositivo en la base del proyectil que calienta el aire generado en su trayectoria y reduce la resistencia, lo que permite incrementar el alcance en más de diez kilómetros, frente a proyectiles convencionales. 

Así funciona el proyectil Excalibur 

El Excalibur está compuesto por un sistema de control que integra, por un parte, el sistema de cálculo de datos de tiro y, por otra, el de transmisión y programación de la espoleta. El propio proyectil de alcance extendido –con un módulo Base Bleed para aumentar el alcance- incorpora el sistema de navegación y el de control y guiado GPS. Todo ello permite neutralizar objetivos de hasta 50 kilómetros, con un círculo de error probable inferior a 4 metros. Con Excalibur se pueden batir objetivos blindados, a descubierto o en el interior de edificios y fortificaciones.

El radio de acción letal es de, aproximadamente, 30 metros. En la parte delantera lleva una unidad de navegación inercial, el receptor GPS y la electrónica asociada. También el sistema de guiado tipo Cannard, cuyas aletas directoras se encuentran en esta parte, algo que hasta ahora solo tenían misiles antiaéreos, como el Mistral. Esto permite al proyectil modificar aerodinámicamente su trayectoria. La estabilización no es por rotación, sino a través de aletas, que se despliegan en su parte trasera una vez que el proyectil sale del tubo del obús. En el centro, se encuentra la carga explosiva y la espoleta, que es electrónica. En su parte trasera incorpora el culote Base Bleed.

Ejercito artilleria Gazola
Firma: ET

El Ejército de Tierra explica que “Excalibur es peculiar también por su funcionamiento una vez que se dispara, ya que tiene dos fases de vuelo. La primera abarca la rama ascendente, cuando el proyectil sale del tubo. Actúa como uno convencional empleando una trayectoria balística, a la par que realiza un chequeo interno para comprobar que los sistemas funcionan correctamente y recibe la señal GPS con calidad. La segunda es la rama descendente, cuando el proyectil efectúa una navegación aerodinámica hacia el objetivo. De este modo, impacta con la orientación y el ángulo de ataque que se haya establecido previamente”. El proyectil se arma en los últimos dos segundos de la trayectoria. Si detecta que va a caer 30 metros alejado de la zona fijada, no se arma y cae inerte, y no se produce la detonación.

El disparo se realiza de manera autónoma. El artillero coloca el GPS en la boca del tubo para conocer las coordenadas y transferirlas a la tablet, mediante un sistema encriptado. Después, pasa la orientación de tiro con el ángulo al jefe de la pieza, que introduce la información en la unidad de control de la pieza. Posteriormente, se coloca el programador de espoleta el Epiafs (Electronic Portable Inductive Artillery Fuze Setter), que introduce la información en un tiempo de entre 5 y 20 segundos.

Ejercito artilleria gazola I
Firma: ET

Tras esta operación, dos artilleros cargan el proyectil y colocan la carga modular. El jefe de la pieza, si todo está correcto, ordena ponerse a cubierto. “Y el obús, de manera automática, realiza el disparo, hasta que impacta en el objetivo con una precisión y una potencia de fuego extraordinaria. Un sistema con procedimientos complejos y selectivos para batir objetivos de alto valor, y con una capacidad disuasoria y decisiva muy importante”, subraya el Ejército de Tierra.  

 

 



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