Cada cierto tiempo, las unidades de fuerzas especiales se despliegan en misiones a cientos de kilómetros de cualquier infraestructura de red. Comunicarse de manera confiable en áreas tan remotas ha sido un desafío permanente, y a menudo se depende de satélites geoestacionarios (GEO) que sufren una alta latencia y cortes ocasionales de señal. Una nueva generación de empresas privadas está cambiando las reglas del juego, ofreciendo una conectividad más rápida y confiable, capaz de operar en los entornos más aislados y extremos, al tiempo que democratiza el acceso al Espacio como nunca antes. Estas empresas dinámicas componen lo que ahora se conoce como el sector del NewSpace.
En el centro de esta transformación se encuentran las redes de satélites de órbita terrestre baja (LEO), que revolucionan la forma en que los militares recopilan y utilizan los datos. Por ejemplo, un comandante puede rastrear los movimientos de las tropas, monitorear el rendimiento de los vehículos y recibir inteligencia en tiempo real sobre el terreno. La menor latencia de los satélites LEO permite tomar decisiones en fracciones de segundo que pueden cambiar el curso de una misión. En la guerra moderna, donde los segundos pueden marcar la diferencia, el conocimiento de la situación en tiempo real no solo es valioso, sino crucial.
Debido a que los satélites LEO orbitan mucho más cerca de la Tierra que los GEO tradicionales, pueden garantizar una comunicación continua y confiable incluso en los lugares más remotos y desafiantes, como valles profundos o bosques densos. Esto minimiza el riesgo de cortes de comunicación, que de otro modo podrían poner en peligro operaciones militares críticas.
El NewSpace también lidera la iniciativa para proteger las comunicaciones militares. Por ejemplo, el proyecto Qudice está impulsando avances en dispositivos y subsistemas cuánticos para la distribución de claves cuánticas (QKD) basada en el Espacio, que serán útiles para proteger las comunicaciones militares contra las amenazas cuánticas emergentes. Sateliot, el operador de satélite pionero que ofrece conectividad NB-IoT desde el Espacio, está integrando este enfoque para proteger su constelación LEO.
Estos avances ofrecen al sector de Defensa sólidas medidas de ciberseguridad, protegiendo la información confidencial y mejorando la eficiencia operativa en entornos complejos. Más allá de las redes satelitales, los servicios en la nube se están volviendo, cada vez más, una parte integral de las operaciones militares, ya que ofrecen plataformas escalables para almacenar, procesar y analizar cantidades masivas de datos recopilados por satélites LEO. Sin embargo, la integración perfecta entre operadores satelitales, proveedores de la nube y agencias de Defensa es esencial para garantizar una comunicación y un flujo de datos continuos y seguros durante las operaciones. Las colaboraciones público-privadas son fundamentales para hacer realidad esta integración.
Un excelente ejemplo de esta colaboración es la Reserva Espacial de Aumento Comercial (CASR) del Departamento de Defensa de Estados Unidos, que permite a los militares aprovechar rápidamente las tecnologías recientemente desarrolladas del sector privado. CASR evita los largos plazos de desarrollo que suelen asociarse con los proyectos tradicionales, lo que proporciona a los militares un acceso rápido a los últimos avances. Esta agilidad es clave para mantenerse por delante de los competidores geopolíticos, en particular a medida que aumentan las tensiones entre Estados Unidos y China.
Los rápidos avances de China en el Espacio, como el lanzamiento de satélites de teledetección y la construcción de su estación Tiangong, señalan una nueva y altamente competitiva carrera espacial. Para mantener su dominio en este ámbito, Estados Unidos debe seguir fomentando una colaboración sólida entre las empresas del NewSpace y las agencias de Defensa. La capacidad del sector privado para innovar rápidamente y adaptarse a las cambiantes demandas globales garantiza que el ejército estadounidense y sus aliados se mantengan a la vanguardia de la tecnología espacial.
A medida que la guerra evoluciona y las decisiones se basan cada vez más en datos, el NewSpace será fundamental para mantener a las fuerzas conectadas, adaptables y a la vanguardia. Al trabajar en estrecha colaboración con empresas privadas, las organizaciones pueden mantenerse ágiles, resilientes y preparadas para enfrentar los desafíos impredecibles del futuro. En esta nueva era de la Defensa, el NewSpace no es solo un complemento, sino la columna vertebral de las operaciones militares.