El astillero que la constructora naval Thyssenkrupp Marine Systems (TKMS) tiene en la ciudad alemana de Kiel ha acogido esta semana el bautismo del buque INS Drakon. Se trata de la sexta unidad de la clase Dolphin-II que la empresa ha construido para Israel. En el acto, al que ha asistido el jefe de la Armada israelí, el vicealmirante David Saar Salama, se ha confirmado el inicio de la construcción de un nuevo lote de submarinos de la nueva clase Dakar.
El Gobierno israelí anunció a principios de 2022 el acuerdo para comprar tres nuevos submarinos Dakar a Alemania por 3.000 millones de euros. El movimiento se produjo cinco años después de que Berlín suspendiese la venta a Tel Aviv de otros tres Dolphin, tras la apertura de una investigación criminal en Israel por un posible conflicto de intereses en las relaciones entre el también entonces primer ministro Benjamín Netanyahu y su abogado personal David Shimron, por representar supuestamente este último también a la compañía alemana TKMS, fabricante de los buques.
Sobre la clase Dakar, que es la que finalmente se va a construir, se especuló con la posibilidad de que contarán con sistemas de lanzamiento vertical de misiles, según el portal Israel Económico.
Proyectiles nucleares
De momento, el nuevo Dolhin II, bautizado con Drakon (Dragón en hebreo), será entregado a la Armada israelí en 2025. La fuente también recoge algunas informaciones que apuntan a que el nuevo buque, junto a los otros cinco de su clase (Dolphin, Leviathan, Tekumah, Tanin y Rahav) disponen de tubos preparados para disparar proyectiles nucleares.
Los submarinos de la clase Dolphin tienen una eslora de 68 metros y 2.400 toneladas sumergido. Cada uno es capaz de transportar 16 torpedos y misiles de crucero con un radio de acción, estos últimos, incluso superior a los 1.500 kilómetros.