El máximo jefe militar de la Fuerza Aérea portuguesa (FAP), su jefe de Estado Mayor, general João Cartaxo Alves, ha puesto las cartas boca arriba sobre la compra hasta ahora insinuada de aviones de combate de quinta generación F-35 por parte de su país, cuyo interés trascendió a finales del año pasado.
El general Cartaxo ha explicado que la actual flota de 28 cazas F-16 con la que cuenta Portugal, tras la venta de 12 unidades a Rumanía, “son los que necesitamos para cumplir los compromisos que tenemos. Y no podemos renunciar a ellos hasta que hagamos esa transición al F-35”. De este modo, el general revela que la posible compra de estos aviones va más allá del interés mostrado hasta ahora, e incluso ya se están dando pasos con ese objetivo.
Durante una muy extensa entrevista en el periódico local Diário de Notícias, la primera que Cartaxo ha concedido en dos años, el jefe de la FAP ha dado más detalles sobre la operación. Al ser preguntado sobre los altibajos por los que ha pasado durante los dos años que ha cumplido en el cargo, el general explica que en este tiempo “principalmente intentamos iniciar un proceso de transformación”. Esta estrategia, precisa, “nos obligará a avanzar hacia la quinta dimensión [en alusión al ciberespacio] y hacia el reemplazo con aviones de quinta generación”.
Seguidamente, el alto mando da más detalla de lo que él califica de “proceso fundamental de transición al F-35”. Se trata de “algo que está pasando, pero no se hace en un día. Este proceso ya ha comenzado. Tuvimos un taller aquí con Lockheed [Martin, el fabricante estadounidense de estos aviones] y la Fuerza Aérea estadounidense para aprender también en qué consiste este salto a la quinta generación”.
Programa repartido “prácticamente por toda Europa”
“Es un programa que acabará costando 5.500 millones”, añade el general Cartaxo a continuación. “Y no es un programa que se paga en un año, estamos hablando de un programa que dura 20 años”. El general reconoce que se trata, a “primera vista” de “un valor muy alto, pero si luego lo descomponemos en el periodo de 20 años que es necesario, y que solo recibimos el avión a partir del séptimo año, vemos que, evidentemente, es un programa adecuado y en el que el esfuerzo logístico de este programa se reparte prácticamente por toda Europa en el futuro”.
De momento ya hay 13 países europeos que cuentan con el F-35 o bien están en vías de tenerlo. Cinco de ellos participan de hecho directamente en el programa liderado por EEUU de este avión de combate. Se trata de Reino Unido (74 unidades encargadas), Italia (90), Noruega (52), Países Bajos (52) y Dinamarca (27). Los otros ocho que también han optado por adquirir el modelo son Polonia (32), Grecia (40), Finlandia (64), Suiza (36), Alemania (35), Bélgica (34), la República Checa (24) y Rumanía (48). En total, por tanto, Europa va a contar con una flota de al menos 608 F-35, y que lleva camino de aumentar, con las adquisiciones que planea Portugal e incluso con las posibles que realice España.
Algunos de los países que recientemente los han encargado, como Alemania, han pasado de oponerse frontalmente a su compra, a adquirirlos en el nuevo contexto de incremento de presupuestos de defensa ante el nuevo marco de tensiones derivadas de la guerra en Ucrania y, ahora también, el clima bélico que llega de Oriente Próximo.
28 unidades para Lisboa
El general Cartaxo no da cifras sobre el número de aviones que podría adquirir Portugal. El medio especializado Janes, recogió hace algo más de dos meses en una pieza sobre las adquisiciones europeas de F-35 que el número de unidades estimados para Portugal son 28. En ese caso, cada aeronave alcanzaría un precio de casi 196,5 millones de euros. Se trata de una cifra similar a la contemplada para otros países que recientemente han anunciado la adquisición de estos aviones, como Rumanía o también Grecia. En todo caso, el coste final de la operación está sujeta a los elementos y servicios que se incluyan en el paquete, que pueden diferir notablemente entre un cliente y otro.
El dominio espacial
España podría sumarse en el futuro a este grupo de países del viejo continente compradores del F-35, si las autoridades de adquisiciones acceden a las solicitudes de la Armada, que quieren la versión F-35B, capaz de operar desde portaeronaves, para sustituir a los actuales AV-8B Harrier II Plus, y posiblemente a las del Ejército del Aire también, que ahora se muestra más abierto a la posibilidad de incorporar el modelo F-35A a su inventario. Un informe del Pentágono de 2019 incluye a España entre los cinco países como potenciales clientes de este caza en aquel momento, junto a Singapur, Grecia, Rumanía y Polonia. De todos ellos, únicamente España aún no ha comenzado ningún proceso de compra, al menos oficialmente. En su repaso de las ventas del F-35 en Europa, Janes estima que España acabará adquiriendo medio centenar de unidades, de las que 25 pueden ser de la versión F-35B, capaz de operar desde buques como el Juan Carlos I de la Armada.
Volviendo a Portugal, en esa transformación general a la que se refiere el jefe de la Fuerza Aérea Portuguesa también se incluye un nuevo enfoque hacia una “Fuerza Aérea espacial”, en línea con la estrategia ya iniciada por vecinos europeos, como España y Francia.