El presidente reelecto de El Salvador, Nayib Bukele, ordenó un nuevo cerco de seguridad en una región del norte del país. Dispuso 5.000 militares y 1.000 policías.
El operativo —producto de dos homicidios, aparentemente cometidos por pandilleros— se ha destinado en el departamento de Chalatenango, en las localidades de Potonico, San Isidro Labrador, San José Cancasque y San Antonio Los Ranchos.
“Limpiaremos por completo la zona, vamos a extraer hasta el último remanente de pandillas”, dijo el ministro de Defensa de El Salvador, vicealmirante René Merino.
Según se informó, desde el pasado domingo 24 de marzo, la zona cuenta con fuerte presencia de soldados, vehículos militares y policías. El mismo domingo por la noche, el presidente Bukele confirmó la instalación de un cerco militar en la zona.
Por su parte, el director de la Policía Nacional Civil (PNC), comisionado Mauricio Arriaza, informó que se han desplegado 1.000 agentes de la institución “con el objetivo de erradicar la clica de 18S que delinque en la zona”.
Arriaza aseguró que el cerco militar es una respuesta a los asesinatos de Eder Rodríguez Flores Velasco, originario del cantón Los Naranjos (Sensuntepeque) y de Víctor Manuel Rivas, originario de San Antonio Los Ranchos, atacados en diferentes hechos cuando regresaban a sus hogares.
"Vamos a acompañar a la población de estos cuatro distritos con la única finalidad de garantizar la vida y la seguridad de los bienes de los salvadoreños honrados y trabajadores que viven en este territorio”, agregó el jefe policial.