La ministra de Defensa de Bélgica, Ludivine Dedonder, ha concretado el calendario de entrada de su país en el programa de Futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS) que ahora comparten a partes iguales Alemania, Francia y España. Este mismo mes de diciembre, que está a punto de comenzar, se firmará el acuerdo de participación belga como observador del proyecto. Y “en junio de 2025, Bélgica se unirá oficialmente al programa Next Generation Weapon System / Future Combata Air System (FCAS)”, ha apuntado textualmente la ministra en su cuenta de la red social Linkedin.
La incorporación de Bélgica al proyecto fue adelantada el pasado junio por el presidente Francés, Emmanuel Macron, y confirmada este mismo noviembre por el general de división Jean-Luc Moritz, director militar de la parte francesa del programa. El general Moritz salió hace unas semanas ante la prensa al paso de la información publicada por el diario británico The Times en la que se puso en duda la continuidad de Alemania en el proyecto. En ella se apuntaba a Berlín podría incluso acabar sumándose al principal competidor del FCAS, el Programa Aéreo de Combate Global (GCAP) puesto en marcha por Reino Unido, Japón e Italia.
El militar francés precisó también que antes de acabar este año se firmará un memorando de entendimiento para dar el primer paso de Bruselas dentro del programa, en calidad de observador, como finalmente ha corroborado la ministra belga.
“El desarrollo de una capacidad de combate aéreo de próxima generación es una oportunidad única para Europa”, ha apuntado ahora Dedonder antes de precisar que “Bélgica está comprometida con la paz, la estabilidad y la innovación en materia de defensa, construyendo juntos un futuro seguro y próspero para nuestra nación y nuestros socios”, en alusión a su incorporación al programa.
Cuatro diseños de avión en estudio
Sobre el FCAS, el general Moritz adelantó que ahora se están estudiando cuatro diseños de avión de combate diferentes para el programa, que tiene en su núcleo el llamado NGWS (siglas en inglés de sistema de armas de próxima generación), donde a su vez se incluye el desarrollo de un caza de nueva generación (NGF), el principal pilar de todo el proyecto, que en total tiene siete.
Los otros seis pilares del FCAS comprenden el desarrollo del motor que impulsará el futuro avión de combate; drones (conocidos en el programa como como portadores remotos, o remote carriers), que actuarán coordinados con el elemento principal; una nube de combate, que conectará todas estas aeronaves digitalmente; un sistema de simulación; los sensores que equiparán las nuevas plataformas y la tecnología de sigilo con la que se les dotará para que resulten lo menos detectables posible.
Suecia, candidato posible
No se descarta que más adelante se pudiera unir al FCAS algún país más. De hecho, sus actuales socios han mostrado en distintas ocasiones estar abiertos a la posibilidad de compartir proyecto con más naciones, siempre y cuando sean europeas. Un candidato posible es Suecia, que ya cuenta con experiencia en el desarrollo de aviones de combate, a través de los aparatos Gripen de la compañía Saab.
Estocolmo estuvo inicialmente comprometida en el programa Tempest, precedente británico del actual GCAP en el que también se implicó Italia. Sin embargo, Suecia ha optado de momento con quedarse fuera y decidir en 2031, con total calma, si se acaba sumando a alguno de los programas en marcha, si desarrolla otro proyecto con algún socio o bien si opta pro emprender el suyo propio.