La puesta en grada del bloque del primer buque multipróposito de dos que contempla el proyecto Escotillón IV Fase 1 en el mes de mayo marcó un hito relevante en el Plan Nacional Continuo de Construcción Naval que la Armada de Chile tiene en marcha para reemplazar a sus unidades con navíos que se adaptan a sus necesidades y que contribuirán al desarrollo de la industria nacional.
Primer bloque en la grada de Asmar Talcahuano. Firma Armada de Chile
La institución y Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar), como publicó Infodefensa.com, firmaron el 31 de agosto del 2022 el contrato de construcción de dos buques multipropósito del proyecto Escotillón IV Fase 1 por una suma de 409,9 millones de dólares y con un plazo de ejecución de 100 meses. A partir de esa fecha comenzó el proceso de adquisición de los equipos, materiales e insumos.
La construcción de las dos primeras unidades, de un total de cuatro proyectadas, permitirán a la Armada de Chile incorporar una nueva generación de buques que modernizarán y mejorarán las capacidades de despliegue del Comando Anfibio y de Transportes Navales (Comanfitran), tanto en operaciones militares como humanitarias.
Colaboradores de Asmar Talcahuano en la ceremonia de colocación del primer bloque del buque multipropósito. Firma Armada de Chile
Los buques podrán operar en todo el Pacífico y tendrán capacidades y estándares para navegar en aguas antárticas durante los meses de verano, efectuarán operaciones que incluyen apoyo logístico, misiones de búsqueda y rescate (SAR), movimiento y despliegue de tropas y material, y asistencia humanitaria y respuesta a desastres (HADR).
La colocación en grada del primer bloque para Asmar es el fruto de un gran trabajo en equipo que impulsan los colaboradores de la planta industrial Talcahuano del astillero para la construcción de la primera unidad que reemplazará al transporte Aquiles de la Armada de Chile, buque construido y entregado por esa misma empresa en 1988.
Génesis del proyecto Escotillón IV
La Armada de Chile publicó un artículo en su revista Vigía en donde explica como se gestó el proyecto Escotillón IV de acuerdo a las capacidades requeridas por el Comando de Operaciones Navales (Comoper) y las posibilidades logísticas y económicas de la institución.
Los estudios comenzaron en el año 2018 y tras varios meses de trabajo, la Armada de Chile resolvió establecer un modelo único para las cuatro buques multipropósito que requiere, el que se licitaría posteriormente a través de una lista corta de oferentes en la que participaría Damen de Países Bajos, Navantia de España y Vard Marine de Canadá.
Diseño preliminar del buque multipropósito del proyecto Escotillón IV. Firma Vard Marine
La Dirección de Programas, Investigación y Desarrollo de la Armada (Diprida) y Asmar firmaron en junio de 2020 un contrato para elaborar un diseño básico para la construcción de buques de transporte anfibio el que fue adjudicado a la empresa canadiense Vard Marine.
El proyecto Escotillón IV se inició simbólicamente el 27 de febrero del 2022 con el corte de una bagra, elemento estructural longitudinal paralelo a la quilla que refuerza el casco del buque, en la planta industrial Talcahuano de Asmar.
Versatilidad
El jefe del proyecto, capitán de fragata Carlos Sepúlveda, destacó las ventajas económicas y logísticas de Escotillón IV, ya que trabajar los cuatro proyectos con el mismo diseño "ayuda desde el punto de vista de la misma construcción, en que estamos pagando un único diseño, entonces eso ya es un costo absorbido, porque por cada diseño hay otro costo, otro tiempo, y otra línea que seguir".
En cuanto a la operación, el oficial indicó que esta tendencia a la uniformidad, "permite comodidad logística, todos tienen los msmos motores, entonces eso te permite firmar contratos de soporte, que al tener mayor volumen, puede optar a menores precios, si compras cosas, son intercambiables, hay interoperabilidad".
Trabajos en estructura en uno de los talleres de Asmar Talcahuano. Firma Armada de Chile
Sepúlveda añade que "para efectos de planificación, y esto es matemáticas pura, cuando tienes un problema de asignación de recursos, siempre es más fácil de resolver cuando tienes componentes homogéneos. Es más fácil dividir u homologar, es más fácil entrenar, se genera una escuela de este tipo de buques, donde va a haber mucha más gente con conocimiento de cómo se operan las plataformas, cuáles son las cosas favorables y desfavorables".
No obstante lo anterior, el oficial de la Diprida señaló que los diseños de ingeniería de los buques permiten modificaciones según las necesidades que estime el mando que operará la embarcación, aunque la macroestructura general será la misma.
"Nos dimos cuenta que tenían más cosas en común en los requerimientos, que cosas disímiles, y esas cosas que eran comunes eran más fáciles generarlas a través de un único diseño, pero está considerado eventualmente que, por ejemplo, si quieres darle más capacidad hospitalaria a uno de los buques, adaptamos una parte de camarotes, hacemos una readecuación y le damos más cupos de hospital", explica.
Un proyecto complejo
La tarea de planificar y construir el nuevo buque de la Armada no ha sido una tarea fácil, pues al ser construido en un astillero de la institución, hay que trabajar la licitación, el diseño y las faenas de construcción, poniendo atención desde lo estructural al más mínimo de los detalles. Esta visión holística del proyecto se trabajó balanceando las necesidades del Comoper, las propuestas de las empresas internacionales que postularon a la licitación y el ámbito de gestión de la Armada.
El comandante Sepúlveda explica que "para poder ajustarnos a bien a lo que queriamos, antes de salir con el proceso de ingeniería básica, hicimos un documento que se llama Especificación Técnica de Requerimiento, que describe el buque, en un quiebre funcional por sistemas, con una estructura internacionalmente aceptada, y ahí uno dice qué es lo que espera que haga el buque, y se describen los roles principales, funciones, maquinaria, habitabilidad, la cocina, todo eso queda plasmado ahí, incluido el respostero, entonces es un tremendo trabajo el que se hace".
La eleccción del diseño 7 312 LPD de Vard Marine implicó su adaptación a los requerimientos de la Armada de Chile. Durante un proceso de cinco meses en que se presentaron diversos estados de avance, la institución emitió un total de 4.000 observaciones para llegar al actual modelo que está en construcción.
Construcción de bloques en Asmar Talcahuano. Firma Armada de Chile
"Cuando nos enfrentamos al proceso de diseño, una de las principales visiones, en base a lecciones aprendidas, era que no queríamos que nosotros nos tuviéramos que adaptar a lo que el proyectista nos ofrecía, porque finalmente un buque es súper dependiente de la cultura organizacional que tiene, y nosotros no operamos como la marina inglesa o la holandesa, nosotros operamos cono la Marina de Chile. Estamos diseñando un buque que se adapte a la Armada de Chile, y no que la Armada de de Chile se adapte al buque", resalta el comandante.
El diseño dictamina condiciones más específicas como que todos los muebles deben ser de metal, ya que tienen mayor durabilidad que la madera, y desmontables, para poder transportarlos por los pasillos del buque. También se consideran espacios en cubiertas con lockers para que los Infantes de Marina se puedan equipar y desequipar, antes de desembarcar y embarcar respectivamente, de modo que puedan circular con mayor comodidad a bordo.
Características y capacidades
Los buques tendrán una eslora de 110 m, una manga de 21,8 m, un puntal de 13,8 m, un desplazamiento de 7.987 toneladas, propulsión diésel-eléctrica, potencia de propulsión de 11.200 kW y una potencia eléctrica de 6.000 kW. Alcanzarán una velocidad máxima de 18 nudos y económica de 12 nudos, una autonomía de 40 días, una distancia franqueable de 7.000 millas náuticas y una capacidad de operación de 187 días al año.
Contarán con dos grúas de carga de 20 toneladas cada una, puerta y rampa en el costado y una puerta de popa para el varadero que permitirá el despliegue de diferentes tipos de embarcaciones. Dispondrán en la proa de dos estaciones de armas remotas (RWS) con cañón de 20 mm y en la popa dos RWS con ametralladora de 12,7 x 99 mm.
Infografía del buque multipropósito. Firma Vard Marine
Las unidades tendrán capacidad para 22 contenedores de 20 pies (dos de ellos refrigerados), 527 m2 de cubierta para vehículos y carga, un dique para una lancha LCM o barca auxiliar antártica, 25 botes inflables inorgánicos del Cuerpo de Infantería de Marina, dos botes de trabajo/ rescate tipo RHIB y dos botes de goma.
Dispondrán de una cubierta de vuelo para la operación de un helicóptero Airbus Cougar, Dauphin o Sikorsky Black Hawk y el hangar permitirá el transporte de un Cougar más dos vehículos no tripulados de despegue y aterrizaje vertical (VTOL) o bien dos helicópteros Dauphin.
Un proyecto que trascenderá en el tiempo
Respecto de los principales desafíos del proyecto Escotillón IV, el comandante Sepúlveda enfatiza en que muchas de las acciones realizadas no tenían precedentes en la institución, de modo que hubo que partir de cero en muchos frentes, pues éste es el primero de los cuatro buques a construir.
En base a lo anterior, el equipo a cargo del proyecto tiene plena conciencia que se está dejando un legado para la institución, pues su trabajo quedará como la base de partida para los próximos proyectos de construcción naval.
Render del buque multipropósito del proyecto Escotillón IV. Firma Vard Marine
"Cuando llegamos, mucha de la historia no estaba escrita. Entonces nos hemos preocupado mucho de que todas las decisiones que hemos tomado, dejarlas escritas, para que el día de mañana, al que le toque, parta de alguna base. Hemos dejado registro de cómo queremos operar, cuál es la visión que tenemos. Sí o sí, va a quedar un legado, yo me levanto contento en las mañanas, porque entiendo que lo que estoy haciendo tiene una tremenda trascedencia. Yo voy a poder darme el lujo de que el día de mañana mis hijas van a estar casadas, y le van a decir a sus hijos, 'ese buque que está ahí, tu abuelo estuvo metido ahí´ eso es algo que salió acá, desde cero", indicó.
En cuanto a la calendarización del proyecto, tras la colocación en grada del primer bloque, la construcción tomará un período de cinco años, tras lo cual viene un período de preparación para lo operatividad que se extendería por otro año, para finalmente navegar en su primera comisión y relevar al transporte AP-41 Aquiles.