El contraalmirante del Estado Mayor General de la Armada de Uruguay Gustavo F. Musso elige a los astilleros españoles Gondán como candidato para construir dos patrulleros oceánicos (OPV). Los barcos tendrán 80 metros de eslora y estarán dotados con una plataforma de helicópteros y armamento. El coste máximo es de 120 millones dólares (unos 111 millones de euros).
Los Astilleros Gondán están situados en la localidad asturiana de Figueras (Castropol) y está en el proceso de selección del Estado Mayor General de la Armada de Uruguay para la construcción de los dos patrulleros. La empresa española compite con la alianza entre el astillero colombiano Cotecmar y el francés, Kership, el coreano Hyundai y el gallego Cardama.
La Armada uruguaya valora sobre todo los aspectos técnicos de cada propuesta y los antecedentes de cada candidato en la construcción de este tipo de embarcaciones. Gondán tiene experiencia en ello, ya que ha construido unidades para la Guardia Civil, el Servicio de Vigilancia Aduanera española y la Armada de Kenia. También han tenido en cuenta la "estructura dimensionada" del astillero asturiano para poder responder a las exigencias y necesidades de este tipo de encargos, además de la adecuada situación geopolítica, motivo por el cual fue rechazado el astillero chino CSSC.
Exigencias de la Armada urugaya
El documento del Estado Mayor de la Armada de Uruguay reconoce que “definir un OPV, basados únicamente en la eslora (mayor a 80 metros), desplazamiento (mayor a 1.500 toneladas), hangar fijo y cubierta para operación diurna y nocturna de los helicópteros AB 412, es un espectro muy amplio que abre las opciones a muy diferentes diseños y donde comparar capacidades dependerá más de qué área se desea fortalecer de manera subjetiva, según sea la visión de cada integrante de la Junta de Almirantes, que de ciertos parámetros mínimos claramente establecidos, orientados a comparar con transparencia si las propuestas cumplen o no cumplen con las pautas del OPV que la Armada necesita disponer en el mar en las próximas tres décadas”.
El informe también reconoce una flexibilización de las exigencias en el cañón principal (de una pretensión original de 76 mm a la actual de 40 mm) y en los radares, respecto al anterior requisito de sensores de búsqueda aérea al actual, de superficie y sin necesidad de data link, etc. Se ratifica, además, el acotado criterio del ministro de Defensa, Javier García, de establecer que las OPV no pueden costar más de 60 millones de dólares cada una.