El Ejército de Tierra español contempla la adquisición inicial de doce lanzacohetes para constituir un Grupo de Artillería Lanzacohetes de Campaña (GALCA) compuesto por dos baterías.
Cada batería contará a su vez con seis lanzacohetes -dos secciones de tres cada una-, así lo establece el documento REM (Requisitos de Estado Mayor) actualizado a finales del año pasado por el grupo de trabajo responsable del programa Silam (Sistema Lanzacohetes de Alta Movilidad).
Este paquete inicial también incluye los vehículos de mando, reconocimiento y de apoyo a la operación, como explicaron desde el Ejército de Tierra en un taller sobre municiones y geoposicionamiento al que asistió Infodefensa.com, celebrado esta semana en el Instituto Tecnológico de la Marañosa (ITM), encuadrado en el INTA.
Además, el programa prevé la llegada además de cuatro RPAS tácticos con alcance de 300 km y una autonomía de 14 horas asociados al sistema para la adquisición y seguimiento de objetivos, junto con radares, vehículos específicos de recuperación, y considera deseable la compra de otros dos lanzacohetes para la Academia de Artillería y la Academia Logística. A todo esto, hay que sumar herramientas y repuestos de primer y segundo escalón, la infraestructura y la munición con una vida de una década.
Foto: B. Carrasco/Infodefensa.com
Este esquema es el punto de partida, explican a Infodefensa.com fuentes militares. Si bien, el Ejército de Tierra no quiere quedarse aquí.
El programa establece el diseño y desarrollo de un sistema lanzacohetes español, con apoyo de un tecnólogo extranjero. El objetivo inicial es adquirir, a través de la transferencia de tecnología, la capacidad de producción nacional, sobre todo, de las municiones, y, una vez conseguido esto, incrementar el pedido e incluso dar el salto a la exportación.
Un segundo grupo
Las fuentes consultadas por este medio confirman que los planes a medio y largo plazo incluyen la creación de un segundo grupo con otros doce lanzacohetes, para aprovechar esa capacidad adquirida, dar continuidad al proyecto a nivel industrial, y, lo que es más importante, dotar al Ejército con unos medios lanzacohetes suficientes.
De acuerdo con la previsión actual, tanto el primer grupo, que será constituido en la primera fase del programa, como el citado segundo grupo, que llegará a medio y largo plazo, quedarán encuadrados en el Mando de Artillería de Campaña (MACA) del Ejército de Tierra.
Por el momento, los planes descartan la llegada de lanzacohetes a las brigadas de la Fuerza Terrestre. El MACA, como responsable de generar los fuegos indirectos, será el responsable de su operación y mantenimiento, así como de dar apoyo a las unidades de la fuerza cuando sea necesario.
El Ejército de Tierra no tiene lanzacohetes desde la baja del sistema Teruel en 2011, si bien, el MACA mantiene el Regimiento de Artillería Lanzacohetes de Campaña nº 63, ubicado en Astorga (León). La unidad carece de capacidad operativa, no obstante, mantiene un grupo de artilleros que continúa al día en las tácticas y procedimientos de empleo de los sistemas lanzacohetes y de los desarrollos en servicio en otros ejércitos.