La flota de 59 helicópteros de desarrollo europeo que las fuerzas armadas australianas han decidido retirar mucho antes de concluir su vida útil no presentaba los problemas de disponibilidad que se les ha atribuido. Los 22 Tigre ARH y 47 MRH90 Taipan que Canberra ha optado sustituir por 29 Apache AH-64E, para el primer caso, y 40 Blak Hawk y 12 MH-60R Seahawk para el segundo, son más fiables de lo que se ha dado a entender en los últimos años. Los problemas que han sufrido están más relacionados con la logística de defensa con la que se les ha dado soporte que con los propios aparatos.
Estas conclusiones se extraen del extenso artículo que el portal australiano especializado APDR (Asia-Pacific Defence Reporter) ha dedicado a este asunto, titulado: Helicópteros: Los Tigre y Taipan no tienen nada de malo: el problema es la logística de defensa. “El principal culpable es el proceso de soporte de Defence/CASG”, explica, en alusión al Grupo de Adquisición y Mantenimiento de Capacidades, que es la entidad del Ministerio de Defensa australiano encargada de cumplir con los requisitos y equipos militares de las fuerzas armadas. El texto afina más al citar al denominado CAMM2 (siglas en inglés de administración de mantenimiento asistido por computadora 2), un paquete de software que supone uno de los principales elementos de ese soporte. “Parece que este es el meollo del problema y no los propios helicópteros”, concreta, y afirma que miembros ya retirados del Ejército australiano lo confirman, si bien prefieren no aparecer por seguir siendo leales a su antiguo servicio. “Además, pocas personas están interesadas en los detalles de la logística de Defensa cuando es mucho más fácil culpar a los franceses en general y a Airbus Helicopters [fabricante de las aeronaves] en particular”, añade.
La fuente habla de “constantes críticas dirigidas contra el MRH y el ARH durante más de una década (algunas aparentemente orquestadas) que han creado la falsa impresión de que los helicópteros no son fiables”. Y cita a políticos de todas las corrientes, grandes medios de comunicación, expertos e incluso al Ministerio como propagadores de esa mala evaluación. Sobre Airbus, el medio recoge que no ha querido dar su visión en su extenso artículo, y lo atribuye a una posible combinación de fatiga, frente a cómo han tenido lugar los acontecimientos por el sistema australiano, y un intento de no quedar mal ante la posibilidad de obtener contratos más jugosos en el país, y cita el programa JP 9102 sobre comunicaciones, que es el mayor programa del sector espacial que ha lanzado nunca el país.
Buen desempeño en Nueva Zelanda
En contra de lo que se ha dado a entender, continúa, los Tigre ARH y los MRH90 (basados en el modelo NH-90, que también presta servicio en las Fuerzas Armadas Españolas, entre otras), presentan unas tasas de disponibilidad del 70%, una cifra que “es probable que sea mejor que la mayoría, si no todas, las de las plataformas de la RAAF [Real Fuerza Aérea Australiana] y para futuras flotas de Apache y Blackhawk”. Como ejemplo pone el caso de la fuerza aérea de Nueva Zelanda, que cuenta con ocho MRH “casi idénticos a los de Australia, y no podrían estar más felices, volando un helicóptero moderno y fiable, con una de las tasas de uso más altas de la flota mundial”.
La diferencia entre ambos países, es que Nueva Zelanda tiene una mejor logística, más moderna y mejor enfocada, hasta el punto de que cuando en 2019, ante un ejercicio conjunto, se detectó un problema en el rotor de cola, los neozelandeses pudieron seguir volando sus aeronaves, porque siguieron con antelación las recomendaciones que llegaron previamente sobre este asunto, mientras que Australia no se anticipó y tuvo que dejar sus aparatos en tierra.
“Este artículo debería haber sido escrito hace cinco años cuando podría haber marcado una diferencia en la serie de decisiones que condujeron a las compras recientes de Apache y Blackhawk”, se lamenta el autor, el periodista especializado en defensa Kym Bergmann. Seguidamente lo justifica apuntando las dificultades para la obtención de información detallada del Ministerio sobre este asunto, y las carencias de los datos proporcionados por el Senado del país en sus estimaciones.