El envío de carros Leopard a Ucrania presenta una serie de desafíos que van más allá de definir el número de unidades -todavía no hay un acuerdo- y poner a punto los vehículos. También hay que adiestrar a las tripulaciones, formar al personal responsable del mantenimiento y establecer un sistema de mando y control único que permita la comunicación e intercambio de información en el campo de batalla entre carros. Y por si todo esto fuera poco, también es clave la táctica, los ucranianos tienen que aprender a manejar compañías enteras de carros, llegando incluso al nivel de batallón.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, insistió en esta idea en hasta cuatro o cinco ocasiones en sus declaraciones el pasado martes al término de la reunión en Bruselas del Grupo de Contacto para Ucrania, que coordina las entregas de material. “No solo hay que dar los carros de combate, sino que también es importante la formación de las tripulaciones, es esencial, la formación en el mantenimiento y algo que nos preocupa a los países es lo relacionado con las piezas de recambio”, destacó.
Robles también hizo hincapié en el tema de la interoperabilidad. Los carros tienen que poder ‘hablar’ entre ellos. Cada ejército aliado tiene su propio sistema de comunicaciones y mando y control en sus Leopard y luego están también los Challenger británicos y los Abrams estadounidenses. Sobra decir que los ucranianos no conocen estos sistemas y, por lo tanto, tienen que aprender no solo a manejar el carro, sino también a usar estos equipos. En este punto, la ministra comentó que “hay que ver cómo los aliados que tenemos carros de combate trabajamos de forma coordinada, lo más importante no es lo que pueda enviar cada país, sino la interoperabilidad”.
Y luego está la táctica. Los países europeos que entregarán Leopard y el Ejército ucraniano trabajan ya en aspectos organizativos como el número de carros que tendrán las secciones y compañías. De momento, hay poca información. Es habitual que una compañía esté formada por tres secciones de cinco vehículos -15 en total- con un carro de mando y control que actúa como líder, aunque también existen otras opciones como, por ejemplo, reducir el número de Leopard por sección y crear una cuarta. En orden de batalla, además hay que tener en cuenta que son necesarios otros vehículos de apoyo como carros de recuperación o vehículos de zapadores para abrir brechas.
Formación en España
Robles también confirmó que España formará a partir de esta misma semana o principios de la próxima a 55 militares ucranianos en el uso del Leopard. Entre este personal, detalló, hay ‘carristas’ con experiencia, por tanto, en este tipo de vehículos, y también “mantenedores”. El plan de entrenamiento tendrá una duración de entre dos meses y dos meses y medio en ambos casos.
Todavía no está claro cómo y dónde será esa formación. La ministra no dio más detalles al respecto. Aunque todo apunta a que los militares pasarán por la Academia de Infantería de Toledo y por el centro de adiestramiento de San Gregorio en Zaragoza. También tendrá un papel fundamental los simuladores que tiene el Ejército de Tierra para formar a cada uno de los miembros de la tripulación, desde el tirador y el cargador, hasta el conductor o el jefe del vehículo. La mayor parte de estos sistemas están diseñados por la española Indra.
La formación no estará centrada solo en el uso del carro, sino que hay que preparar a los militares para un combate, podríamos decir convencional, donde actuarán formacioned de carros con el apoyo de inteligencia conectados por un sistema de mando y control, como ya hemos comentado.
Respecto a los carros, España por el momento trabaja en la reparación de media docena Leopard de la versión 2A4 de los que estaban almacenados en el polígono de Casetas en Zaragoza. Santa Bárbara Sistemas es la responsable de la puesta a punto en sus instalaciones de Alcalá de Guadaíra en Sevilla. “El pack completo”, dijo Robles, es decir, carros y tripulaciones y personal de mantenimiento ya formados, estará listo “para finales de marzo y principios de abril”.
Respecto al mantenimiento, resaltó la ministra, “es muy importante, los Leopard exigen un mantenimiento diario”. En esta área, el personal tendrá que hacer trabajos de mecánica, electrónica, transmisiones o en el armamento y deberá ser capaz de efectuar todas las revisiones y reparaciones en el frente. Por último, pero no por ello menos importante, hacen falta repuestos y un suministro continúo de munición y combustible lo que obliga a tener una cadena logística sólida para cada modelo de carro.