El proyecto encabezado por la empresa vasca Sapa en el Perte del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC) contará al final 32,8 millones de euros. La iniciativa dirigida a reducir la huella de carbono en el transporte recibió 25,2 millones en la resolución provisional del Ministerio de Industria del pasado agosto, a los que hay que sumar otros 7,6 millones adicionales concedidos en la resolución definitiva del Perte publicada esta semana.
La compañía especializada en el diseño y fabricación de transmisiones para vehículos militares está al frente del proyecto Sonnmesyc, acrónimo de Soluciones a las Nuevas Necesidades de Movilidad Eléctrica basadas en criterios de Sostenibilidad y Conectividad. Sapa apuesta por aplicar la tecnología desarrollada en vehículos militares de gran tamaño al sector civil.
En este programa participan más de una veintena de empresas, entre ellas, otra firma del sector de la defensa, la gallega Urovesa. El proyecto tiene previsto movilizar hasta 200 millones de euros y crear más de 3.000 puestos de trabajo, de los que 900 son directos y más de 2.200 indirectos en País Vasco, Galicia, Cantabria, Aragón y Castilla-La Mancha, principalmente.
El objetivo es avanzar en la transformación del transporte y la logística que impulse el camino hacia la neutralidad climática, desde la circularidad de materias primas, la electrificación de vehículos (autobuses, vehículos semipesados para usos especiales y ligeros, motocicletas y para reparto de última milla).
Los impulsores del proyecto destacan que uno de los retos a los que se enfrenta la industria de la automoción es el despegue del comercio electrónico (ecomerce), con el consiguiente impacto medioambiental del transporte.
Esta cuestión también ha llegado al mundo militar, donde los ejércitos cada vez más apuestan por la búsqueda de alternativas a los motores tradicionales. A este respecto, muchos países ya tienen en marcha proyectos para el desarrollo de sistemas de propulsión híbridos, eléctricos y hasta basados en nuevas energías como el hidrógeno.