Australia precisa acelerar su capacidad de defensa naval y Navantia tiene la receta para que pueda lograrlo a corto plazo. Canberra se está planteando una solución para cubrir el hueco que se le abre en su defensa naval en un momento de crecientes tensiones en la región del Indo-Pacífico y ante los dilatados plazos del programa de fragatas Hunter, que no se espera que puedan estar disponibles antes de la próxima década.
En este contexto, la empresa pública española ha ofrecido al Gobierno australiano la construcción de tres nuevos destructores clase Hobart (AWD), por un coste estimado de 6.000 millones de dólares australianos (unos 4.000 millones de euros), y culminar las entregas en 2030.
Los medios locales han recogido esta oferta no solicitada por las autoridades del país con la que la firma española, que ya ha entregado a Canberra otras tres unidades de este tipo de buques, pretende aumentar la capacidad de defensa naval de Australia a corto plazo, al tiempo que contribuye a mantener la capacidad de la industria de defensa local ante futuros programas. Al tratarse de un modelo en servicio en la Marina australiana (las tres unidades ya operativas se construyeron en los astilleros de Adelaida según el diseño de Navantia), las naves adicionales entrarían en servicio más rápido y con menos costes, según las informaciones recogidas por la prensa local.
Fuentes de Navantia han confirmado a Infodefensa.com la presentación de esta oferta, a la que el director de Navantia Australia, Israel Lozano, se refiere apuntando: “Si el Gobierno australiano requiere una expansión de la capacidad naval, Navantia está preparada para atender estas necesidades. Hemos demostrado ser un socio de confianza para el país desde 2006, contribuyendo a dotar a la Royal Australian Navy de cuatro tipos de buques, entre ellos tres destructores clase Hobart”.
Navantia ya acumula en los últimos ocho años más de 110.000 toneladas en grandes buques militares entregados a la Real Armada de Australia (RAN). Se trata en concreto de dos buques de asalto anfibio (el HMAS Adelaide y el HMAS Canberra, de 231 metros de eslora y 27.000 toneladas cada uno), tres destructores AWD de la clase Hobart (el HMAS Hobart, el HMAS Brisbane y el HMAS Sydney, de 147 metros de eslora y 6.250 toneladas cada uno) y dos buques de suministro (el HMAS Stalwart y el HMAS Supply, de 174 metros de eslora y 19.500 toneladas de desplazamiento cada uno). Además ha entregado 12 embarcaciones de desembarco LLC, basadas en el modelo español LCM-1E, de 23 metros de eslora y 110 toneladas a plena carga cada una.
En cambio, en el programa australiano SEA 5000 para dotarse de nuevas fragatas la opción elegida en 2018 fue un modelo, la clase Hunter, basado en el buque británico Tipo 26 de BAE Systems, aún en desarrollo. A este programa los medios locales estiman un coste de 44.000 millones de dólares (cerca de 30.000 millones de euros), y un informe de un equipo de ingenieros implicados en él evidenció el año pasado importantes dudas sobre la buena marcha de los trabajos. El analista Marcys Hellyer, del Instituto Australiano de Política Estratégica (ASPI), recogió a principios de este año que el documento, fechado el pasado noviembre, “indica que el diseño [del buque británico] está lejos de ser coherente”. El experto lo considera un diseño inmaduro que plantea dificultades como la necesidad de incrementar su tamaño, de las 8.000 toneladas a las 10.000, lo que supone una importante reducción de su rendimiento, entre otras dificultades. La búsqueda de una solución podría dilatar la recepción de los barcos notablemente.
Conversación con Pedro Sánchez
Sobre este asunto, Navantia insiste que la suya es una oferta complementaria, en ningún caso sustitutiva, al programa de fragatas Hunter, como han reflejado estos días los medios locales. La propuesta de la firma española se basa en varias opciones, que van desde la construcción de las tres nuevas unidades en España hasta su fabricación completa en Australia, lo que comportaría a un cierto aumento de presupuesto y plazos, pasando por una solución híbrida entre ambas.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, mantuvo hace unas semanas en Madrid un encuentro con el primer ministro australiano, Anthony Albanese, en la que le planteó la nueva oferta de barcos de la empresa española, informa The Sydney Morning Herald.
Respuesta en marzo de 2023
En la actualidad, el nuevo Gobierno laborista australiano está inmerso en una revisión de su definición de capacidades de defensa (Defence Force Posture Review, FPR), en línea con el compromiso adquirido ante las elecciones del pasado 21 de mayo. En este marco se plantea la posibilidad de una repriorización de las inversiones. La revisión concluirá en marzo de 2023, por lo que esa es la fecha en la que es probable que se conozca si la propuesta de Navantia se escoge favorablemente.
En palabras del director de la filial en el país, Israel Lozano, “la oferta de Navantia Australia de entregar tres destructores Hobart adicionales al final de la década supondría un aumento de capacidad probada, avanzada, interoperable y flexible en un entorno de creciente complejidad e incertidumbre en la región del Indopacífico”.
La propuesta española ha sido recibida con interés en Australia, donde las opiniones favorables destacan el precio y la rapidez con la que se acometería la construcción de unos buques ya probados. Los detractores, por su parte, ponen el acento en que se trata de una oferta no solicitada que supone un esfuerzo económico adicional. Además, en los últimos días, BAE Systems ha indicado que la madurez de ciertos bloques de las Hunter permitiría cortar chapa el año próximo (aunque la revisión crítica de diseño, CDR, está prevista en 2024-2025).