La Infantería de Marina apuesta por la adquisición de un nuevo sistema contracarro, con un alcance de hasta los 800 metros, para incrementar la protección de las unidades que componen la fuerza de desembarco.
La defensa contracarro está basada en la actualidad en el misil Spike, en servicio en los batallones, con una capacidad de actuación de hasta 4.000 metros. La unidad busca un sistema para hacer frente a amenazas más próximas, es decir, para la conocida defensa inmediata, que quedó coja con la baja hace unos años del sistema Dragón.
La Infantería de Marina trabaja en la actualidad en el pliego de prescripciones del contrato y estudia las capacidades que deberá tener el futuro sistema que irá integrado en las unidades de fusiles.
El general de división Rafael Roldán, comandante jefe del cuerpo, detalla en una reciente entrevista a Infodefensa.com lo que quiere la unidad. “Sobre todo, buscamos un sistema que sea fiable, robusto, que tenga un buen sistema de puntería duradero y que proporcione una visión de día y de noche. Y luego que tenga una variedad de municiones que permita desde abatir un blanco, hasta entrar en un edificio, crear una cortina de humo o actuar contra personal. Eso es lo que estamos buscando”, explica. El general matiza que “no hay un modelo definido”. Respecto al alcance, concreta, “nos movemos en un margen de 600-800 metros”.
Un simulador, clave
Entre los requisitos, la Infantería de Marina también considera fundamental que el sistema disponga de un simulador de última generación para facilitar el adiestramiento y preparación.
Roldán destaca que “en la simulación se ven los efectos del apuntador o si ha seleccionado bien el objetivo. No solo buscamos comprar un arma, también queremos un sistema de simulación que sea muy bueno para abaratar el coste de adiestramiento y, sobre todo, el gasto de munición”.
En este caso, el espejo en el que se mira la unidad es el simulador del misil Spike que permite adiestrar a los tiradores con un reducido coste. El sistema de entrenamiento deberá permitir adiestrar al personal en interior y en exterior, tanto en las instalaciones de la Infantería de Marina como en el campo de maniobras, una vez desplegada la fuerza.