La Armada española ha puesto sus ojos en el nuevo Vehículo de Combate Anfibio (ACV) 8x8 del Cuerpo de Marines de Estados Unidos (USMC) para sustituir a medio plazo tanto los vehículos de asalto anfibio (AAV) como los vehículos de combate de infantería Piraña (VCI) en servicio actualmente en la Infantería de Marina.
El interés en un vehículo como el ACV, fabricado por la británica BAE Systems, se deja claro en un reciente artículo publicado en la Revista General de Marina, en el que el teniente coronel Miguel Hernández Suárez-Llanos hace un análisis pormenorizado de las características del blindado de los Marines y la posible implantación futura en la Infantería de Marina.
“La implantación del ACV como futuro VCI del batallón mecanizado de la Brigada de Infantería de Marina (Brimar) parece una solución muy razonable, tanto desde el punto de vista operativo como del logístico”, resalta el teniente coronel. El artículo parte de la premisa de que el retraso en la necesaria sustitución de los AAV, en la actualidad “congelada”, hace que este programa esté cada vez más cercano a “otro hito que será necesario en el medio plazo: la renovación de los vehículos de combate de Infantería (VCI) Piraña, que en 2028 comenzarán a cumplir el final de su ciclo de vida”. Y agrega: “Así, la cada vez mayor cercanía en el tiempo de ambas necesidades aconseja analizar la posibilidad de que sean atendidas de manera integral”.
Ventajas del ACV y necesidades
Hernández detalla que el ACV tiene una movilidad y maniobrabilidad (velocidad, autonomía y operación en pendiente) similar a la de otros VCI y una potencia relativamente elevada, sin exceder demasiado en peso y dimensiones, al tiempo que ofrece una “muy superior” capacidad de embarque de tropas, con 13 infantes frente a los ocho que alberga vehículos como el Piraña V. Asimismo, es una plataforma polivalente con una arquitectura de diseño abierta, capaz de llevar una torre de 30 mm para versiones de reconocimiento, como implementos de zapadores o actuar en operaciones ISR (Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento) junto con vehículos aéreos no tripulados.
Además, hace una estimación sobre los vehículos necesarios. “A falta de un estudio más detallado, un batallón de ACV con cuatro compañías de línea, una sección de reconocimiento, otra de zapadores, una de sanidad y los correspondientes elementos de mando, ISR (6) y recuperación, podría comprender entre 60 y 65 vehículos, lo cual no se aleja mucho de la suma de los 19 AAV y los 39 Piraña III actualmente en servicio, pero obteniendo una estructura orgánica homogénea y más completa”. E insiste en que la unificación de los dos programas redundará en “una mayor prioridad” y “una mayor eficiencia y ahorro en el largo plazo”.
Foto: RGM
Retorno industrial
También pone el foco en los posibles inconvenientes de este programa. Uno de ellos, “el escaso retorno industrial”, puesto que, apunta, el reducido número de unidades a adquirir difícilmente permitiría obtener “una solución nacional”. No obstante, el teniente coronel recuerda que el AVC de BAE Systems está basado en una plataforma de la empresa italiana Iveco, con instalaciones en España.
Por lo tanto, se podrían negociar -continúa- “la realización de algunas de las tareas de fabricación, ensamblaje y/o mantenimiento en centros e instalaciones de la propia Iveco en España”. Además, la unificación de las necesidades permitiría poner en marcha un programa de mayor envergadura “facilitando las negociaciones con las empresas implicadas”.
Entre 350 y 400 millones
En principio, los ACV estarán disponibles para la venta a otros países a partir de 2026, lo que ofrece margen, explica el autor, para determinar esta necesidad como prioritaria y dotarla de presupuesto, que “podría rondar entre los 350 y 400 millones de euros, muy lejos aún del resto de los principales grandes programas de armamento”. Este importe es una estimación, resultado de asignar un precio medio por vehículo de alrededor de seis millones de euros.
“El nuevo diseño del ACV sobre una plataforma 8x8 combina las funcionalidades como vector anfibio con las de una plataforma de combate de infantería, lo que supone una oportunidad para la Infantería de Marina, que podría acometer la resolución de dos necesidades críticas de manera integral en un único programa (reponiendo tanto los AAV como los VCI Piraña con los nuevos ACV)”, concluye a modo de resumen el autor.