Canadá también pasa de rechazar el caza F-35 a tratar de comprarlo

Ottawa ha revelado esta semana el inicio de las negociaciones con Lockheed Martin para la compra de 88 aviones de combate F-35. Con este modelo de quinta generación del fabricante estadounidense Canadá va a sustituir, por tanto, su actual flota de cazas CF-18. El coste estimado por el Ministerio de Defensa del país para esta adquisición es de 19.000 millones de dólares canadienses, lo que equivale a casi 13.700 millones de euros al cambio actual.

Con esta información, publicada inicialmente por medios locales citando fuentes gubernamentales, se aclara el compromiso de Canadá con el avión de combate de quinta generación, del que el país es socio, pese a que el primer ministro, Justin Trudeau, ganó sus primeras elecciones al gobierno en octubre de 2019 con la promesa de cancelar la compra entonces prevista de 65 F-35.

Posteriormente, las opciones europeas a este programa de renovación de la flota de cazas canadiense perdieron fuerza al trascender que el ganador debería certificarse para poderse conectar a sistemas de inteligencia de máxima seguridad estadounidenses. De ese modo, la sueca Saab, fabricante del caza Gripen, y la germano-franco-española Airbus, que encabezaba la opción del caza Eurofighter, se quedaron prácticamente sin posibilidades, mientras que la francesa Dassault, desarrolladora del avión Rafale, abandonó antes el concurso precisamente por considerar que se favorecía a las compañías del otro lado del Atlántico.

Si no tiene éxito, ganará el Gripen

Finalmente, el Gobierno canadiense ha revelado que su favorito es el F-35, y va a iniciar la negociación con el fabricante para definir la compra. En segundo lugar ha resultado el caza Gripen, de Saab, que en caso de que no se alcance un acuerdo con Lockheed Martin pasará a ser la primera en la lista, informa Deutsche Welle, cadena pública de Alemania, el último país que había anunciado hasta ahora su intención de adquirir el F-35 para su arsenal. 

Curiosamente, Berlín también anunció taxativamente en su momento que en ningún caso compraría este modelo. En el último mes, tanto Alemania como Canadá no sólo han acabado admitiendo al avión estadounidense entre sus opciones, sino que han decidido hacerse con él.