Estoy siguiendo las noticias con mucha pena, e interés, pues llevo más de 25 años viajando a esa zona de Centroeuropa en la que he vivido. Francamente, casi toda la información que veo me parece sesgada. No es una cuestión de que las informaciones sean falsas, o parciales, que, por supuesto, también las hay, de los dos lados. Simplemente, percibo que en muchos casos son testimonios, que no dudo sean ciertos, pero que son puntuales, de personas sobre el terreno, que no nos dejan ver, y tener, una visión global de lo que está sucediendo, en su conjunto, en el conflicto. Se puede expresar mejor con la famosa frase: los árboles no nos dejan ver el bosque. Además, estoy en contacto con personas que están allí, en Ucrania, y otros países de la zona, que son vecinos de Ucrania, que también me dan su visión y punto de vista. Aparte de mi propia experiencia vital pues he trabajado allí, expatriado con una multinacional, y conozco a muchos políticos, militares, diplomáticos, y directivos, de aquellos países. Me viene a la cabeza una famosa cita, cuya autoría ahora desconozco, que dice algo así: Lo primero que muere en la guerra es la verdad.
Me ha sorprendido mucho la noticia de que Javier Nart, eurodiputado, y periodista, no ha podido entrar en Ucrania. Se desplazó hasta la frontera y lo ha intentado en repetidas ocasiones y las autoridades ucranianas no se lo han permitido. No alcanzo a entender que un país que quiere entrar en la UE no se lo permita. ¿Por qué? No hace falta ponerle una alfombra roja, pero su interés es de agradecer.
No cabe duda de que el poderío militar ruso es aplastante comparado con el ucraniano. Muy superior en todos los aspectos. Sin embargo, nos dicen en las noticias que los ucranianos están poniendo una resistencia con la que están consiguiendo parar a los rusos. Igualmente, venimos viendo, los convoyes de entre 40 y 60 km del Ejército ruso, con blindados, carros de combate, camiones con tropas, material, etc. También es claro que los rusos llegaron en cuestión de horas a las puertas de algunas de las ciudades más importantes, como Kiev, y que se quedaron allí, a las afueras. Parece información contradictoria con la idea que se transmite de que la resistencia ucraniana haya conseguido parar el avance ruso. Militarmente tiene sentido pensar que se pararon con la intención de, inicialmente, tomar posiciones a las afueras y rodear las ciudades evitando, además, una catástrofe a la población. También es una realidad que en las primeras horas los rusos aniquilaron bastantes objetivos militares como la aviación y Fuerza Aérea ucraniana.
Sinceramente, me parece mucho más plausible que los rusos han estado siendo comedidos, aunque desde un punto de vista militar no sea la mejor opción para ellos, para no masacrar a la población civil. Hay que recordar, y se puede decir, sintetizando, que ambos países son eslavos; y se les considera países hermanos. Con sus diferencias, pero hermanos; y no se puede tampoco saltar por alto que comparten también la religión: fundamentalmente la ortodoxa (rusa). Eso había sido así hasta ahora. En adelante veremos lo que sucede.
Se nos viene diciendo desde hace unos días que hay un acuerdo entre Ucrania y Rusia para un corredor humanitario que permita salir a la población, y heridos, de las ciudades. Tengo la impresión de que los rusos irán aumentando la presión militar. Hasta ahora estuvieron permitiendo el éxodo de la población de las ciudades como Kiev hacia el oeste del país. Del mismo modo, por el momento, están permitiendo que la población tenga luz, agua, etc. Se lo irán quitando y presionando para que salgan de las ciudades. Llegado un punto aquellos que se queden en la ciudad serán considerados combatientes. Se desatará la guerra total para tomar Kiev.
Militarmente, Rusia ha entrado e invadido el país por tres frentes. Ha sido operativamente bien ejecutado, planificado perfectamente, con tiempo, y sin prácticamente oposición. La entrada por el norte, hay que enfatizar, ha sido realizada desde otro país: Bielorrusia. Es conveniente destacar que el nombre se traduce literalmente por la Rusia Blanca. Se puede afirmar que ese país, esencialmente, no ha existido a lo largo de la historia hasta que se creó la Unión Soviética y que ha pasado a existir como país independiente tras el desmoronamiento de la Unión Soviética. Es un país que tiene frontera con países miembros de la OTAN. Algunos de ellos, bálticos, de la antigua Unión Soviética, con muy reducidas capacidades militares; motivo por el que entraron rápidamente en la OTAN, buscando la protección del artículo 5 que establece que un ataque contra cualquier miembro de la alianza es un ataque contra todos, y en los que hay tropas españolas.
No perdamos de vista los objetivos de Rusia. Fundamentalmente, ahora, los rusos quieren una rendición militar del país, pero su objetivo primordial, vital, bajo la doctrina tradicional rusa de su defensa militar, es alejar a la OTAN de sus fronteras; y que se cumpla con el tratado de Minsk. Esto no es nada nuevo. Es bien conocido desde hace años. Simplificando mucho: no quieren que Ucrania entre en la OTAN. No van a aceptar otra cosa. Para ellos, en su mentalidad, y en la doctrina de su estrategia militar, y su historia, consideran capital asegurarse un espacio entre sus fronteras y las de potenciales enemigos.
Lo mismo que los norteamericanos no aceptaron, lógicamente, que en la isla de Cuba los soviéticos instalasen misiles. Aquello llevó al mundo al borde de una guerra.
Es una paradoja histórica la ayuda militar que ahora se está dando incluso por parte de Alemania a Ucrania. De forma generalizada se desconoce que, al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, muchos ucranianos estaban dispuestos, y recibieron, con los brazos abiertos a los alemanes. Querían ponerse del lado de Alemania y luchar contra los rusos para quitarse de encima a la Unión Soviética y a los comunistas. La realidad es que se encontraron con que los alemanes les trataron tan mal, peor que los rusos, que por eso decidieron ponerse del lado de los soviéticos. Ello no impidió que muchos aun así se incorporasen en las filas alemanas para luchar junto al Ejército alemán; incluso en las SS, llegándose a crear la División Waffen SS Galicia compuesta fundamentalmente de ucranianos (el nombre de esa división viene, simplificando mucho, de una región histórica ubicada en lo que actualmente es mayoritariamente parte de Ucrania y Polonia). Es igualmente muy desconocido entre nuestra población, e interesante recordar, que en los últimos días de aquella contienda también había soldados ucranianos defendiendo, hasta la muerte, Berlín, de las tropas soviéticas. O que una de las ciudades más importantes de Ucrania, Lviv (Leópolis, en español), de la que estamos oyendo hablar en las noticias, situada en la parte occidental del país, fue hasta el final de la Segunda Guerra Mundial una ciudad polaca. Al final de aquella guerra mundial los rusos movieron las fronteras hacia el oeste. En otro artículo, sobre el tema de Crimea, expuse los factores a tener en cuenta en aquel conflicto y en aquella zona geográfica.
Lo cierto es que la OTAN ya ha dicho que no va a ayudar a Ucrania. Lo va a hacer Europa, pero sin intervenir de manera directa. Se limitará a enviar material, pero si se quiere ayudar a Ucrania, militarmente, y de verdad, el material tiene que llegar ya. Realmente debería de haber estado ya allí. Sobre todo, si, como se ha estado diciendo, se conocían las intenciones rusas desde meses antes del ataque. No se entiende que Ucrania no se hubiese preparado antes, y mucho mejor. Igualmente, es una realidad que la población ucraniana está siendo usada como escudo por parte del Gobierno.
Lo de las sanciones a Rusia. Me parece que presionar a la población puede acabar muy mal y unirles más. Países, occidentales, que funcionamos bajo el imperio de la ley, no podemos, ahora, pisotear las libertades de las personas. Miles de personas, familias, turistas, etc. que no pueden retirar dinero de cajeros o viajar de vuelta a su país tras la cancelación de todos los vuelos con Rusia. ¿En qué situación les vamos a dejar? Al final los rusos van a pensar que occidente les odia y que Putin tenía razón.
Por otro lado, y mientras tanto, los precios del crudo y gas subiendo, ya en máximos históricos. Esto, es obvio, ayuda a Rusia. No se ha dejado de comprar e importar gas y petróleo de allí. Hace unos años, en otro artículo sobre este tema, ya expuse que España podría ser una alternativa al gas ruso, pero que era necesario realizar las interconexiones con Europa; con Francia para ser exactos. El asunto sigue pendiente. Es una vergüenza, bochornoso, ver que nuestros políticos no se han preocupado por el tema y que siguen sin hacer nada. Lo mismo que asegurar la inclusión de Ceuta y Melilla como parte del territorio a estar bajo protección de la OTAN.
Sobre las manifestaciones en Rusia. Vemos imágenes de Moscú. No veo que sean miles como nos dicen; por no hablar de que en una ciudad de unos 12 millones de habitantes me parece demasiado poco. Resulta necesario decir que, de otras ciudades, no he visto nada, ni se habla; tampoco de protestas en países como Bielorrusia, ni de otros de la órbita de Rusia.
Con respeto a la ayuda de países de la UE a Ucrania. No toda la población de los países OTAN de Centroeuropa están conformes con ayudar a Ucrania militarmente y que sus países se impliquen con enviar material militar; o que tengan bases de Estados Unidos o de la OTAN en sus territorios.
En los medios de comunicación, estos días, se está hablando mucho de Putin. Se especula y se comenta que está loco, que si es frío, calculador, narcisista, etc. Por el contrario, ahora resulta que Zelenski es un héroe. Para poner el tema en equilibrio y dar otra perspectiva, por favor, recordemos su profesión: actor.
Personalmente he conocido a muchas personas con cargos de poder. No es raro ver entre algunos que tienen un perfil psicológico que entra en alguna, o todas, de esas definiciones. No conozco a Putin. Solamente de verle y escucharle ocasionalmente a lo largo de estos 20 años en la televisión, por lo que no puedo opinar sobre él, pero algunas personas que he tratado, entre ellas, algún jefe que he tenido, sin duda son de un perfil psicológico absolutamente deplorable. Lo que puedo afirmar, a los hechos me remito, es que en España todos conocemos a un llamado líder, que tiene claros rasgos psicopatológicos, de psicópata, que es mentiroso compulsivo, narcisista, etc, y sin credibilidad internacional. Se ha dicho en muchos medios de comunicación. Todos lo hemos ido oyendo y viendo en la prensa, aunque de manera ocasional. Esto mismo ya se estaba diciendo de Sánchez desde que se presentó a las primarias de su partido; elección que ganó. Un caso similar al de Trump, que, y en esto coinciden por completo, supo empatizar con los sentimientos de los votantes de sus bases que lo encumbraron cuando casi nadie en las estructuras del partido pensaba que eso iba a ocurrir.
Desde hace meses, y también en la MSC (Conferencia de Seguridad de Múnich en inglés) celebrada en febrero, Zelenski está hablando de querer recuperar para su país la capacidad nuclear y de la necesidad de estar bajo la protección del artículo 5 de la OTAN. Igualmente ha expuesto que su país “perdió territorios que tienen una extensión superior a Suiza, Holanda, o Bélgica.” Culpa al memorando de Budapest, del que ya escribí en un artículo sobre el conflicto de Crimea, de que Ucrania no tenga armas nucleares; dejando de ser la tercera potencia nuclear del mundo.
En 2017, el Parlamento ucraniano adoptó legislación con el objetivo de la inclusión del país en la OTAN. Y en 2019, se dio otro paso mucho más agresivo: se modificó la Constitución ucraniana para convertir en objetivo prioritario y estratégico la entrada del país en la OTAN, junto con la entrada en la Unión Europea.
Pienso que a nadie le interesa una guerra larga; ni que se extienda a otros países. Quizá el conflicto pueda terminar rápido si se acuerda que Ucrania se mantenga como país neutral, fuera de la OTAN. Creo que esto sería aceptable para Rusia. Posiblemente junto con una solución permanente para las zonas de Lugansk y Donetsk, en el Donbass. Llevan años con un conflicto, una guerra, candente, que se ha cobrado miles de vidas y que seguramente, de no llegar a un acuerdo, la población de origen ruso sería muy perseguida y castigada tras esta invasión.
La otra opción es un conflicto largo, con un gran coste de vidas humanas, de civiles ucranianos, con ciudades destrozadas, y un país en ruina. Y en la UE una posible crisis económica, con precios disparados de combustible y materias primas en máximos, con inflación, etcétera. Esos son los escenarios.
Eso sí, con una Rusia que sería muy debilitada militarmente por el desgaste que le va a suponer.
La invasión y guerra iniciada por Rusia es inaceptable, y reprobable, pero lo es también que en la ONU los diplomáticos se levanten y se marchen sin escuchar al ministro de Asuntos Exteriores ruso. No están cumpliendo con su trabajo. Deben sentarse, escuchar, debatir, con toda la fuerza de las palabras que consideren necesarias, y negociar. Llegados el caso acordar las sanciones que se consideren oportunas. Todo de forma transparente. Lo que hay que pensar de cara a una paz es en las garantías que se le pueden y deben pedir a Rusia.
Una última reflexión. Compárese la inmigración ucraniana con lo que está sucediendo con la proveniente del Magreb, Oriente Medio, y Asia central. De Ucrania vienen fundamentalmente mujeres y niños. Los hombres se quedan a luchar; al igual que muchas mujeres. En contraposición, vemos que gran parte de la inmigración que viene de estos otros países son hombres, y son jóvenes. Es evidentemente migración económica, y por tanto no es humanitaria. No hay más que ver lo sucedido estos días en la valla de Melilla: jóvenes, hombres, asaltando y entrando con violencia y agrediendo a nuestros compatriotas que velan por nuestra seguridad. Este tipo de inmigrantes, violentos, no nos interesan bajo ningún concepto. El perfil psicológico ya nos indica que crearán problemas.
La primera obligación de cualquier gobierno es asegurar la paz y seguridad de la población; con una convivencia pacífica bajo el imperio de la ley. Para concluir quiero volver hacer un llamamiento para que Ceuta y Melilla queden amparados bajo la protección de la OTAN.