El Ministerio de Defensa ha puesto en marcha en los últimos meses un buen número de programas para la modernización de las Fuerzas Armadas, sin embargo, todavía hay necesidades por cubrir. Una de las áreas que ha quedado al margen por el momento de las nuevas inversiones es la Artillería Antiaérea del Ejército de Tierra con veteranos sistemas que suman varias décadas en servicio. El mejor ejemplo es quizás el misil Hawk operativo desde hace más de medio siglo.
El director de la Academia de Artillería, coronel Alejando Serrano, en el tradicional discurso el pasado mes de diciembre sobre el estado de la Artillería puso de relieve la delicada situación que atraviesa principalmente la defensa antiaérea del Ejército ante la falta de fondos y advirtió sobre los problemas que conlleva operar sistemas con una avanzada edad.
El panorama no es muy positivo. “El Mando de Artillería Antiaérea, a la vista de las limitaciones presupuestarias que no permiten prever la adquisición de nuevos sistemas, ni tampoco la modernización de los existentes, está volcando su esfuerzo en sostener la disponibilidad operativa de nuestros materiales a pesar de su edad y la dificultad de encontrar repuestos”, apuntó.
Por ello, el Ejército ha optado por extender la vida de los sistemas operativos y está elaborando “un plan de mantenimiento evolutivo en el horizonte de 2030 con el apoyo de la industria nacional para alargar aún más el ciclo de vida de estos sistemas hasta que las condiciones presupuestarias permitan su sustitución”. El sistema Hawk, anteriormente citado, se encuentra en pleno proceso de actualización de sus componentes para garantizar su funcionamiento hasta al menos 2025.
Definición de plataforma antiaérea multipropósito
De forma paralela, el Ejército de Tierra español continúa trabajando en la definición de los requisitos que deberá cumplir la futura plataforma multipropósito de artillería antiaérea de baja cota.
El proyecto está liderado por la Jefatura de Adiestramiento y Doctrina, y, tras la aprobación de la necesidad operativa por el jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME), ya están en marcha la creación de un grupo de trabajo conjunto en la DGAM, bajo la dirección del Ejército, para “armonizar” esta necesidad con la Armada y el Ejército del Aire.
A este respecto, el Ejército ha dado a conocer en encuentros con la industria y en los informes sobre la futura Fuerza 2035 su apuesta por un sistema de defensa antiaérea de baja y muy baja cota con una gran movilidad que combine en una misma plataforma misiles tierra-aire guiados por láser y cañones antiaéreos que podrían ser de 30 o 35 mm, que ya están operativos en el Ejército. El sistema, considera Tierra, deberá contar además con su propio radar, sistemas ópticos de localización y seguimiento, lo que lo haría apto para defensa contra aviones, helicópteros, RPAS e incluso misiles.
Experimentación con sistemas contra UAS
De cara también al futuro, la Artillería Antiaérea ha llevado a cabo a lo largo de 2021 diferentes ejercicios de tiro en los que ha evaluado la capacidad de sistemas de armas contra la nueva amenaza de los sistemas aéreos no tripulados. “Se han probado tanto armas, ligeras y de medio calibre, como procedimientos, con apoyo de unidades de Infantería y Caballería y de empresas que desarrollan sistemas contra UAS”, destacó el coronel.
“Esta experiencia, pilotada por el Mando de Artillería Antiaérea como unidad de referencia para la preparación en la lucha contra los UAS, ha permitido valorar los mejores procedimientos actuales para combatir estos sistemas, investigar qué medidas puntuales se pueden aportar para mejorar la eficacia y tomar en consideración qué tipos de sistemas pudieran ser más adecuados en caso de que se realizara una inversión significativa”, especificó.