Un consorcio liderado por Navantia, Fincantieri y Naval Group -estas dos últimas a través de su joint venture Navaris- han presentado a la Unión Europea su propuesta industrial para el programa de la Corbeta Europea Modular Multirol (MMPC, Modular and Multirole Patrol Corvette, en inglés). Este proyecto forma parte de la Cooperación Estructura Permanente (Pesco) y aspira a recibir financiación del Fondo Europeo de Defensa (FED).
“El objetivo de la propuesta es maximizar las sinergias y la colaboración dentro de la industria naval europea. Con el desarrollo conjunto de este nuevo buque, el EPC, se quiere garantizar la soberanía europea en buques de defensa de su rango”, destacan los tres astilleros europeos en un comunicado conjunto.
La oferta, presentada formalmente el pasado 9 de diciembre, plantea la participación de seis países como cofinanciadores del proyecto (Italia, Francia, España, Grecia, Dinamarca y Noruega), los tres constructores navales, con Navaris a cargo de la coordinación, y más 40 empresas desarrolladoras de sistemas y suministradores de equipos navales. Los cuatro primeros países ya están dentro del programa Pesco.
Navantia, Fincantieri y Naval Group destacan que “esta propuesta constituye un primer paso esencial para preparar la futura producción del buque en el ámbito de una segunda convocatoria del FED en la perspectiva plurianual. En este contexto, la promoción del programa a otras armadas europeas, con una acción conjunta de las naciones que ya forman parte del programa Pesco, fortalecerá la industria europea, aumentando la cooperación, la eficiencia y disminuyendo la duplicidad en el gasto de defensa”.
Navantia, cabe recordar, firmó el pasado mes de febrero en memorando de entendimiento con Naviris con el objetivo de impulsar precisamente la colaboración industrial para el desarrollo del programa de la corbeta europea. “Como principales actores industriales europeos en el sector de la defensa naval, se cree que es el momento adecuado para iniciar una colaboración real, concreta y de valor añadido en torno a un programa común que será la primera capacidad naval común en Europa”, apuntan.
Los tres astilleros también aseguran que mediante “un marco unificado de normas y utilizando metodologías colaborativas de ingeniería avanzada en colaboración, el EPC se desarrollará desde los estudios conceptuales hasta el diseño inicial”. “El diseño producido constituirá un avance respecto a los buques militares actuales, ya que será modular, flexible, así como más eficiente energéticamente, más ecológico, más seguro, más interoperable y ciberseguro. Finalmente, el MMPC se adaptará a los requisitos nacionales específicos, manteniendo el diseño definido como referencia común”, especifican.
Las compañías señalan además que han partido de “la consideración común de que la Unión Europea se está enfrentando a un creciente número de amenazas de distintos tipos (aumento de las tensiones entre grandes potencias, problemas de inmigración ilegal, terrorismo, etc.) y han tenido muy en cuenta los llamamientos tanto de la UE como la OTAN y los estados europeos sobre la necesidad de desarrollar capacidades comunes. Asimismo, reconocen que es necesaria la colaboración en el sector de la defensa naval de la Unión Europea para apoyar a Europa a la hora de afrontar “estos retos y los que están por venir”.
Necesidades de la Armada
El futuro buque tendrá unas dimensiones aproximadas de 100 metros de eslora, 3.000 toneladas de desplazamiento, un calado menor de cinco metros y un enfoque modular, basado en diferentes configuraciones. España se incorporó a este proyecto en abril de 2020, como publicó Infodefensa.com. En el caso de la Armada, esta plataforma sería una de las opciones para sustituir a los patrulleros de altura de la clase Serviola (Atalaya, Centinela, Serviola y Vigía) y Descubierta (Infanta Cristina e Infanta Elena), el último tercio de su vida operativa.
En principio, las posibles versiones serían tres: Limited Warship optimizado para guerra antisuperficie, guerra antiaérea (autodefensa) y posibilidad para guerra antisubmarina; Limited Warship para misiones de larga duración (10.000 NM -millas náuticas- a 14 nudos) con capacidades de guerra antisuperficie; y Offshore Patrol Vessel (OPV), adaptada a distintas configuraciones. De esta forma, la futura corbeta europea tendría unas prestaciones que van desde un patrullero oceánico, pasando por una corbeta propiamente dicha, hasta llegar a una fragata ligera.