Bruselas busca reforzarse declarando 2022 año de la defensa europea

El próximo será “el año de la defensa europea”. Así lo afirmó el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel el mes pasado en vísperas de un encuentro de los 27 jefes de estado y de gobierno de la UE, en Eslovenia, en el que debatieron sobre defensa y seguridad. Con esta declaración, Bruselas trata de impulsar el afán del viejo continente por protegerse militarmente, ante unas expectativas de amenazas cambiantes y, especialmente, en el marco del actual reenfoque del interés internacional hacia la región de Asia Pacífico, en detrimento de Europa.

La retirada apresurada de Afganistán el pasado verano, liderada por Estados Unidos, se ha sumado a las preocupaciones a largo plazo acerca de las capacidades militares de Europa y la falta de coordinación necesaria entre sus miembros, como recoge el medio Politico. Como guinda, seguidamente se conoció la alianza estratégica Aukus que implica a Australia, Reino Unido y Estados Unidos para hacer frente a China en la región Indo-Pacífico, y que implica la construcción de submarinos nucleares para el primer país, con la consiguiente ruptura de un acuerdo suscrito con Francia.

En este contexto, Michel aboga por una menor dependencia estratégica europea. “Queremos más influencia, porque tenemos valores que promover, intereses que defender y ciudadanos que proteger”. Esta mayor autonomía, añadió, “debe basarse en dos pilares estratégicos: el desarrollo económico social y la seguridad”. El presidente del Consejo Europeo remarcó en este punto que, por encima del militar, “el primer pilar es económico y social”.

El segundo pilar, continuó, es el de la seguridad. Michel remarcó hablar de este ámbito que “la Alianza Atlántica es su columna vertebral”, para seguidamente aclarar que “fortalecer la Europa defensiva significa fortalecer la Alianza”. A su juicio, concluyó, “los aliados más fuertes hacen coaliciones más fuertes. Por tanto, 2022 será el año de la defensa europea”.

Imperativo estratégico

En esta línea, el director ejecutivo de la Agencia Europea de Defensa (organismo dependiente igualmente de la UE conocido por sus siglas en inglés: EDA), Jiri Sedivy, se refirió a principios de este mes, en una entrevista concedida al medio estadounidense Defense News, al nuevo marco que afectará a la defensa europea. “El imperativo estratégico es muy claro”, afirmó antes de concretar: “Si miramos, digamos, de 10 a 15 años hacia adelante, y este debería ser el motor principal de nuestros esfuerzos, uno puede imaginar, en primer lugar, la Unión Europea rodeada de entornos mucho más desafiantes, si no peligros”. En concreto se refirió especialmente a las áreas alrededor del Mediterráneo, Oriente Medio, África del Norte y el Sahel. “En este cinturón podemos esperar más estados fallidos, y quizás guerras locales”.

Además, apuntó, “habrá impactos muy severos del cambio climático, especialmente en la migración, que será otro impulsor” del nuevo contexto. Finalmente, “al mismo tiempo, Estados Unidos estará mucho más involucrado en Asia-Pacífico, esperando que los europeos sean lo suficientemente capaces, y diría que incluso autónomos, como para cuidar la estabilidad en nuestro vecindario”. Para atender el nuevo escenario, Sedivy se refiere a una mayor independencia militar de Estados Unidos, con quien en todo caso sigue contemplando una amplia cooperación. La nueva “capacidad para la acción autónoma”, que “debe estar respaldada por la capacidad y la voluntad de poder decidir a nivel político”, y que tiene que estar sustentada sobre “una base industrial de defensa consolidada en la UE”.

En cuanto a este objetivo de lograr una mayor autonomía en defensa europea, Michel explicó en su alocución del mes pasado que no se trata de algo nuevo, y recordó que los líderes europeos ya respaldaron este concepto en una cumbre celebrada en 2019 en Rumanía.