El 26 de febrero Infodefensa tuvo la oportunidad de visitar el Astimar 20, en Salina Cruz Oaxaca, lugar de nacimiento del ARM Reformador, mejor conocida como POLA o Patrullera Oceánica de Largo Alcance. La visita fue guiada por personal de la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar) y aunque no es la primera vez que Infodefensa visita al Reformador, la experiencia en esta ocasión fue más didáctica. Ver vídeo.
La visita incluyó todo el buque respetando, por supuesto, las convenciones para los equipos sensitivos. El mensaje era claro, la Armada Mexicana no tiene nada que ocultar y esta tremendamente orgullosa de su nuevo buque; este éxito explica por qué otras naciones están poniendo atención en México y su historia de éxito con la Damen Sigma 10514.
El nombre de Reformador no es un capricho o una casualidad en una lista de nombres, la POLA viene a reformar las concepciones ya desfasadas en la defensa mexicana. Con esta clase de buques se le dice al mundo que México está listo para navegar en aguas azules y cuidar sus recursos con la mejor tecnología posible y, de paso, con buques hechos en México por mexicanos.
La visita fue guiada por el capitán de navío Pablo Cruz Loyo quien, aparte de ser ingeniero naval, es el director del área de proyectos y construcciones navales. Sus funciones con la POLA son similares a las de un gerente de proyecto. Es un hombre de trato amable y profesional, va vestido con un overol azul con rango y nombre visible, casco reglamentario y una plétora de herramientas y lámparas apeadas al overol. Él es uno de los mexicanos responsables del éxito del proyecto POLA. Loyo pasó cuatro meses en Vlissingen como parte de la transferencia de tecnología con Damen y participó en la capacitación al grupo residente en temas relacionados con la construcción y administración del proyecto.
El Astimar tiene la forma de una herradura, ubicándose el dique seco justo en el centro. Nuestro recorrido comienza en un extremo de esa herradura. Se abre ante nosotros un terreno casi del tamaño de un campo de futbol, donde vemos lo mencionado en otras ocasiones sobre nuevas técnicas de soldadura. El piso de este espacio ha sido compactado y forrado con planchas de metal en perfecto nivel. De este modo, los técnicos de Damen enseñaron a los mexicanos el modo de dispersar el calor de la soldadura hacia el suelo, es un truco brillante.
El clima de Salina Cruz es determinante, toda esta área cuenta con protecciones móviles para que los trabajadores puedan soldar módulos y piezas sobre las planchas de metal sin que el terrible sol los fulmine, aquí fácilmente se puede llegar a los 45°C. El clima ha sido uno de los retos que los ingenieros mexicanos y de Damen han enfrentado al armar un buque en condiciones muy distintas a las de Países Bajos.
Mientras tanto, el comandante Loyo continúa con el recorrido hacia el dique seco, pasamos por almacenes y otras zonas de trabajo. Nos hace mención sobre el reto que fue trasladar piezas y módulos hacia la línea de ensamble alrededor del dique, esto resultó en más aprendizaje, transferencia de técnicas y tecnología por parte de Damen. Nos queda claro que lo relativo a la gestión del proyecto ha sido uno de los más grandes aportes de la naviera neerlandesa hacia la Semar. Lamentablemente, en el astillero ya se comienza a percibir una atmosfera de frenado, pues no hay más trabajo en puerta que alimente a la comunidad.
Al llega al otro extremo de la herradura la POLA se ve en toda su gloria,. Nos comentan que pronto recibirá retoques en su pintura, así que comenzamos a tomar fotografías. El comandante Loyo no deja de comunicarse con su equipo a bordo y me avisa, "espere, vamos a quitarte esos ductos para que puedas tomar las fotos", Loyo hace una llamada, da un par de órdenes y como si se hubiera dado la voz de arriar velas, en segundos los marinos salen a cubierta y remueven los estorbos visuales.
A continuación abordamos una pequeña lancha que nos lleva a recorrer al Reformador de proa hacia popa por la banda de babor, nos llama la atención que aún desde afuera, el buque bulle en actividad. Pareciera que está vivo.
Nada te prepara para abordar la POLA, no de este modo, subimos por la popa, directamente a la futura plataforma de aterrizaje, el hangar esta frente a nosotros y aún hay trabajadores afinando detalles. Recordemos que el buque está en su etapa de preparación y la atención a los detalles finales es crítica para cuando la Pola salga a la mar, por lo que aún en este momento trabajan a bordo 493 obreros (350 eventuales y 143 militares). Al abordar el comandante Loyo el personal naval saluda y se anuncia su presencia abordo.
En México ha existido una equivocada discusión sobre la longitud del buque contra las dimensiones de la Sigma 10514. Y sí, la eslora del Reformador es de 107.5 mts, tiene una extensión de 2,3 metros pero en la popa, justo en la cubierta de vuelo. Esto no se debe de ningún modo al alojamiento del futuro sistema de lanzamiento vertical de la proa; sino a que la Armada mexicana consideró un reforzamiento de la cubierta para operar un helicóptero pesado desde ella.
Una vez dentro, subimos y bajamos cubiertas visitando los futuros cuartos de operaciones, la enfermería e incluso el espacio en el que se alojarán los tubos lanzatorpedos. Muchas zonas están ya terminadas y sólo se están detallando los interiores con plafones, pero en otras aún domina la cacofonía de la soldadura y las sierras cortando metal. Evolucionar a lo largo de estas áreas es un trabajo intenso, algunos pasillos y mamparos se delimitan sólo por plásticos que te traen de 15°C a 30°C. Estamos ya empapados de sudor, olor de soldadura y pintura fresca; y conforme avanzamos, los trabajadores (mujeres incluidas) te voltean a ver indiferente para continuar atendiendo los planos de sus mamparos. La experiencia sensorial es cruda y tremendamente impactante.
El cuarto de máquinas es una obra de arte, la primera pregunta que me viene a la mente al ver los dos gigantescos motores es ¿cómo alguien pudo meter a este cuarto dos locomotoras? La planta motriz es una de las principales cualidades de la POLA, por primera vez la Armada mexicana operará un motor con E-drive. El tema da para varios capítulos pero basta decir que la propulsión del barco será diésel eléctrica y su capitán, en el futuro, tendrá una planta motriz como ningún barco mexicano ha tenido jamás, ecológica, enormemente eficiente y capaz de propulsar al buque eléctricamente en ciertos perfiles operativos sin comprometer la demanda de a bordo.
Otra de las mejoras en el diseño es que los motores y generadores están ubicados sobre la línea de flotación, esto elimina una gran cantidad de ruido, confiriéndole capacidades mejoradas de furtividad en la mar. Este es otro de los aspectos de la transferencia de tecnología que no tienen antecedente en México.
Al llegar al centro de mando acordamos, por respeto a las convenciones internacionales, que sólo podremos ver el centro de mando y control sin tomar fotografía o video. El cuarto es en sí un rectángulo obscuro, con pocos adornos salvo dos relojes análogos muy náuticos con acabados en madera; fuera de eso todo es tecnología de última generación; el cuarto es impresionante y sin temor a equivocarme de película y, aunque no lo pudimos contemplar en toda su gloria, prendido y con su característica ambientación de luces rojas, su atmosfera aislada, silenciosa, con muros y techos negros en contraste con las pantallas de muro y consolas blancas nos confirma que el Reformador ha abierto una nueva era tecnológica para México.
Cruzo palabras con un marino mexicano quien me trasmite su emoción por comenzar a utilizar el sistema en mar abierto. Y es que una cosa es integrar y echar a andar los sistemas en puerto y otro es probarlos a plenitud en su ambiente natural. Por ejemplo el radar principal provisto por Thales no puede ser probado efectivamente en puerto a causa de las montañas que rodean el astillero.
Hemos revisado la mayoría de los compartimentos de las cubiertas superiores: habitaciones para oficiales, baños, regaderas, cuartos de sistemas, comunicaciones, la cocina, la barra del comedor e incluso las futuras habitaciones del almirante que decida navegar a bordo de la POLA, en estas áreas el bullicio es un poco menor. Desde el puente y sus pasillos la vista es soberbia, a nuestra izquierda flota una patrullera Oaxaca y, por cierto, existe un interesante debate entre ingenieros sobre si el mástil al estilo norteamericano de la clase Oaxaca es mejor que el de la clase Reformador, cuestión de gustos.
El mástil se yergue orgulloso sobre nuestras cabezas, las protecciones de sus antenas han sido ya removidas y dentro del puente se ven las tres consolas principales, con acabados de madera, sistemas de comunicación y navegación casi listos para arrancar. El futuro capitán del Reformador pasará la mayoría de sus guardias entre el puente y el cuarto de operaciones, cuidando la vida de las 122 almas que navegarán a bordo. Justo detrás del puente damos fe de la instalación de los montajes para los futuros lanzadores de los misiles Harpoon y un poco más atrás las contramedidas C-Guard están ya presentes aunque aún protegidas en sus cajas de embalaje.
Con su fecha de entrada en operación para el 2020 poca gente parece entender que, de momento, lo principal es dejar el buque plenamente seguro para su tripulación, con capacidad de navegar y enfrentar sus pruebas de mar para comenzar el entrenamiento y el uso cotidiano de la nave. Incluso entendamos que en este orden de ideas la primera prueba que su tripulación enfrentará será un apagón completo del buque, mismo que deberán resolver contrarreloj.
Es un poco decepcionante entrever en segmentos de la opinión pública un exagerado grado de atención a si el buque saldrá de puerto con todos los misiles listos, antes de promover la idea de continuar con un segundo barco, pareciera que no estamos valorando los beneficios que se han logrado en lo industrial, económico y social. Técnicamente este logro equivale a que un constructor de aviones funde una línea de construcción en el país, una meta que México ha buscado sin éxito por al menos 15 años.
El gran logró industrial de la Armada con Damen ha sido el materializar un proyecto inédito, así como la transferencia de tecnología y el nacimiento de una nueva generación de marinos. Honestamente si el Reformador sale a navegar sin un tipo de misil, que podrá incluirse después, resulta en este punto completamente irrelevante. Hace falta sentir, oler y sudar en la POLA para entender que en éste proyecto hay cosas más importantes y que mucho del público mexicano no las está tomando en cuenta.
Regresamos por el pasillo principal hacia el hangar y la plataforma de aterrizaje, tomamos agua y comenzamos a despedirnos de nuestros guías. El sol es inclemente y son varios los trabajadores que se concentran a tomar agua en esta zona. Tristemente nuestro tiempo a bordo ha llegado a su fin, me despido pero antes me agacho para poner mi mano sobre la superficie corrugada; como muchos a través de los siglos creo que los barcos tienen una especie de alma, así que aprovecho y le dirijo unas palabras al Reformador: "¡Gracias!, tráenos suerte y progreso".
Fotos de arriba hacia abajo: Distintos aspectos de Reformador. Compuerta de popa para el sonar de arrastre Captas 2. Base y difusores para las misileras Harpoon. Cuarto de máquinas y pasillos de la POLA. Vista desde el puente hacia la proa. El comandante Loyo a la derecha junto con el segundo oficial de la POLA.