18/03/2008 (Infodefensa.com) Buenos Aires - La Fábrica Militar de Aviones, que el Gobierno argentino de Cristina Fernández quiere recomprar la empresa estadounidense Lockheed Martin, fue desde su fundación, en 1927, pionera en América Latina y hasta hace poco más de tres décadas, la industria aeronáutica más avanzada de la región.
En 1930 desarrolló el primer prototipo diseñado y fabricado enteramente en el país (un motor Lorraine-Dietrich de 450 caballos de fuerza, con la que se equipó el avión de caza Dewoitine D-21), al menos tres décadas antes de que emergiera la industria aeronáutica brasileña, ahora una de las más potentes del mundo.
Durante la presidencia de Juan Domingo Perón, entre 1945 y 1947 la fábrica cordobesa construyó 200 aviones de entrenamiento DL, desarrolló el primer avión a reacción del hemisferio sur, el Pulqui 1 y en 1950, el Pulqui 2, entre los mejores del mundo de esa época en su tipo, según informó un despacho de la agencia Telam.
En los años '50 se construyeron en las instalaciones de la fábrica de aviones también automóviles, motocicletas, tractores, máquinas-herramientas y también paracaídas, aparatos aéreos teleguiados, misiles y elementos de cohetería para usos diversos.El golpe de la "Libertadora" bloqueó la construcción proyectada de unos 200 Pulqui 2 y compró en su lugar los Gloster Meteor británicos, en cualquier sentido inferiores al avión desarrollado por la industria aeronáutica nacional.
Construcción del Pucará
Aun así, en 1969 comenzó en la planta de Córdoba la construcción del avión de ataque IA-58 Pucará, del que se fabricaron 141 unidades y luego el entrenador avanzado IA-63 Pampa, cuyo desarrollo continúa en la actualidad.Hasta fines de los '80, proyectos y diseños de la fábrica militar de aviones radicada en Córdoba interesaron a la brasileña Embraer, que propuso acuerdos de coproducción y búsqueda conjunta de terceros mercados, rehusados por el entonces presidente Carlos Menem.Ya había perdido en gran parte el liderazgo regional pero retenía calificados recursos humanos y seguía desarrollando importantes productos como fueron, en su momento, los mencionados Pucará y Pampa.La concesionaria Lockheed Martin realizó también trabajos de actualización de los aviones Douglas A4-Ar Figthtinghawk adquiridos para la Fuerza Aérea pero en el marco de la decadencia de la ex Fábrica Militar de Aviones que, si en su época floreciente llegó a ocupar unos 10.000 obreros y técnicos especializados, en la actualidad cuenta con un millar.
Época Lockheed
Desfinanciada y degradada deliberadamente durante los 90, como otras empresas estatales, el gobierno de Menem la entregó a la Lockheed por 25 años, prorrogables por otros 10, tras lo cual fueron despedidos más de un millar de trabajadores, entre ellos técnicos e ingenieros altamente especializados.
En octubre de 2007, la ministra de Defensa, Nilda Garré firmó con Alberto Buthet, presidente de Lockheed Argentina, tres contratos que reformularon los términos del convenio de 1994, incluida una cláusula que permitía a la Argentina cesar el vínculo.
Ese acuerdo también estableció los términos y condiciones de la transferencia del paquete accionario de Lockheed Martin Aircraft Argentina S.A. en su calidad de concesionaria del Área Material Córdoba al Ministerio de Defensa, en lo que fue el primer paso restituir la empresa al Estado con el fin de retomar el desarrollo de la industria aeronáutica nacional.
Además se suscribieron dos contratos con vigencia del 1› de diciembre de 2007 hasta el 31 de diciembre de 2009: uno de prestación de servicios aeronáuticos y otro de prestación de servicios de fabricación aeronáutica (aviones Pampa), en ambos casos para la Fuerza Aérea Argentina.