(Infodefensa.com) Madrid Canadá se está replanteando la compra de aviones de quinta generación F-35 por el incremento de sus costes. Una auditoría encargada a la firma KPMG, una de las cuatro principales empresas de su sector en el mundo, calcula que el coste de la vida útil de estos cazas sobrepasará los 40.000 millones de dólares canadienses. El país había previsto un gasto de 8.500 millones de dólares canadienses para la adquisición de 65 aviones, y de 16.000 millones de dólares canadienses si se incluía sus gastos totales de mantenimiento.
Boeing lleva tiempo presionando a Canadá para que entierre ese programa a favor de sus F/A-18 Super Hornet. Por su parte, las europeas Eurofighter, Dassault y Saab están expectantes ante el que sería un importante pedido de nuevos aviones de combate.
Defense News cita una rueda de prensa ofrecida la semana pasada por el ministro de Defensa, Peter MacKay, en la que reconoce que Canadá está pulsando el botón de reinicio en sus compras de aviones de combate. En los días anteriores ya se publicaron distintas informaciones recogiendo la decisión del Gobierno del primer ministro canadiense, Stephen Harper, de reconsiderar este programa con el que pretende reemplazar a sus 78 aviones CF-18, la versión del F/A-18 con la que actualmente opera Canadá. Harper ya anunció el pasado mes de febrero una posible reducción en el número de F-35 que serían adquiridos para respetar los presupuestos ante el incesante aumento de sus costes por distintos problemas técnicos.
El ministro de Defensa, que estuvo acompañado por el ministro Obras Públicas en la citada comparecencia ante la prensa, no anunció la apertura de ningún nuevo concurso para sustituir los CF-18. De momento, la estimación actual sitúa en diez el número de unidades en las que Canadá reduciría la compra prevista, hasta quedar en 55. El recorte resultaría muy excesivo, según distintos expertos, para cubrir unas necesidades operativas que incluso se duda que los 65 aviones previstos pudiesen llegar a satisfacer.
El encarecimiento del proyecto ya ha llevado a varios países a cancelar, recortar o aplazar sus compras previstas de este avión que tiene a la firma norteamericana Lockheed Martin como principal contratista.
Canadá podría ser, por tanto, el próximo varapalo que experimenta este programa armamentístico, el más cuantioso de la historia. Tras él podría ir Italia.Allí, el candidato del centro-izquierda a las próximas elecciones gubernamentales, Pier Luigi Bersani, ha explicado que, de resultar elegido, reducirá el gasto previsto para el F-35. De momento, Italia ya ha recortado el número de aviones que prevé adquirir de 131 a 90 unidades.
El programa de desarrollo del F-35 está formado por un consorcio liderado por EE UU, que planea adquirir 2.400 aparatos, y completado con ocho países más: Gran Bretaña, Italia, Holanda, Turquía, Australia, Noruega, Dinamarca y Canadá.
Israel y Singapur también participan y Japón tiene la intención de comprar 42 unidades.
El fabricante Lockheed Martin asegura que una decena de países se han interesado por el Joint Strike Fighter, nombre con el que también es conocido este avión diseñado para resultar altamente sigiloso. Entre todos ellos pretenden adquirir más de 700 aparatos.
Entre ellos se encuentra Corea del Sur, que planea comprar 60 aviones por un montante aproximado de 6.000 millones de euros. Eurofighter también opta a este contrato mediante una oferta presentada por Cassidian España, filial del consorcio EADS, del que forma parte España junto a Alemania y Francia.
EADS es uno de los socios empresariales de Eurofighter, los otros dos son la firma británica BAE Systems y la italiana Finmeccanica.
El principal cliente del programa F-35, dejando a un lado el liderazgo absoluto de Estados Unidos, es el Reino Unido, que tiene previsto comprar 138 aparatos, aunque algunas fuentes consideran que esta cifra también podría recortarse.
Si las ventas se ven reducidas, el precio de las unidades que finalmente se adquieran será lógicamente más alto, lo que, a su vez, aumentará la espiral de posibles compradores que no lleguen a cuajar.
Fotos: Lockheed Martin