El Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) Esteban Terradas contará con una asignación de 137,4 millones de euros el próximo año, de acuerdo con el proyecto de ley Presupuestos Generales del Estado (PGE) 2016, presentado este martes en el Congreso de los Diputados. Esto supone un ligero descenso del 0,6% con respecto a la partida de 2015, en la que recibió 138,2 millones de euros.
Como recoge el apartado el Programa 464A del PGE 2016, correspondiente a Investigación y Estudios de las Fuerzas Armadas, el INTA “es el organismo público especializado en la investigación y en el desarrollo tecnológico de carácter “dual” (civil y militar), en los ámbitos aeroespacial, de la aeronáutica de la hidrodinámica y de las tecnologías de la defensa y la seguridad, incluyendo las actividades comerciales de certificación y homologación de productos y de prestación de servicios tecnológicos, principalmente aeroespaciales, y que son la base de su autofinanciación”.
Con la Ley 15/2014, de 16 de septiembre, de racionalización del Sector Público y otras medidas de reforma administrativa, el INTA asumió las actividades de I+D del Canal de Experiencias Hidrodinámicas de El Pardo, del Instituto Tecnológico La Marañosa y del Laboratorio de Ingenieros.
Su fin primordial es apoyar a las Fuerzas Armadas y, en particular, “potenciar las necesidades tecnológicas de Defensa”. La participación del INTA se centra en programas estatales de investigación y desarrollo, en el contexto del VII Programa Marco de la Unión Europea y el recién lanzado Horizonte 2020, que sustituirá al VII PM, y la Agencia Espacial Europea (ESA).
El presupuesto del presente ejercicio económico se ha dirigido hacia varios objetivos. En primer lugar, la inversión está encaminada a todas aquellas actividades de “innovación e investigación, desarrollo y ensayo que impliquen una reducción del impacto negativo sobre el medioambiente de la actividad aeroespacial, de la aeronáutica, de la hidrodinámica y de las tecnologías de la defensa y la seguridad, que es considerado fin prioritario en los planes estatales, autonómicos y del VII Programa Marco y Horizonte 2020, de la Unión Europea”.
En conceto, de los más de ocho proyectos solicitados para H2020 ya ha sido aprobada la participación del INTA en seis: IODIS, Odysseus II, Future Sky Safety, GREST, ACTRIS II y Europlanet 2020. El instituto también participa en los proyectos del VII Programa Marco, entre los que se mencionan: Proyecto Extreme Seas, Proyecto Tripod y Proyecto ‘Aquo’.
Programa Nacional de Observación de la Tierra
El INTA continúa además con los programas puestos en marcha anteriormente, que configuran sus líneas estratégicas de actuación, como el PNOT (Programa Nacional de Observación de la Tierra), que consiste en la construcción del segmento terreno del satélite Paz en sus instalaciones de Torrejón de Ardoz. Asimismo, trabaja en el desarrollo de un microsatélite, un picosatélite OPTOS y el satélite nacional de observación de la tierra en su vertiente de captación de imágenes Radar (SAR), claramente estratégico para el Ministerio de Defensa.
Estos programas incluyen el desarrollo del MILANO, un nuevo UAV, que cumple con las especificaciones del Ejército del Aire, para el cumplimiento de misiones de alto interés estratégico. Dentro del ámbito de este tipo de vehículos no tripulados, el INTA continúa trabajando en el programa DIANA para Brasil. Otros proyectos son el diseño y desarrollo de formas alternativas de carenas para Buques de Escolta Oceánicos y el de investigación en NBQR e inhibidores.
Organismo de certificación
Dentro de las tecnologías de aviónica y electrónica aplicada, el instituto tiene en marcha dos proyectos estratégicos para la defensa y aplicación al desarrollo de armamento aéreo, que representan las tecnologías más punteras en el campo aeroespacial, como son los programas de simulación y control de vehículos aéreos (misiles y lanzadores) y de simulación de la sección trasversal.
En su faceta de organismo de servicios tecnológicos, el INTA proporcionará apoyo a los programas de homologación de armamento y equipamiento para Defensa promovida por la Comisión de Homologación de Defensa.
El respaldo a la industria nacional es uno de los principales referentes de la institución y, además, como organismo de certificación, según recoge el Reglamento de Aeronavegabilidad de la Defensa, tiene una muy importante participación en una serie de programas, que en estos momentos representan una clara necesidad para las Fuerzas Armadas.
Entre estos programas cabe destacar el Airbus-400M de transporte militar; programas de certificación de helicópteros militares, de vital importancia para el Ejército de Tierra; el EF-2000, avión de combate europeo, y los programas de homologaciones de aviones para la industria nacional (C-212, CN-235, C-295).
Y cuenta además con importantes compromisos internacionales como los aviones tanqueros para la RAF del Reino Unido y Fuerza Aérea de Australia o el nuevo avión de transporte para Brasil, Arabia Saudí y Francia.
Programa Galileo
El INTA también forma parte del Programa Galileo de Navegación por Satélite, una iniciativa europea surgida para desarrollar un sistema global de navegación por satélite, de titularidad civil, que proporcione a Europa independencia tecnológica respecto a los sistemas actuales y que será a la vez complementario e interoperable con ellos.
Aunque Galileo se ha concebido por definición legal como un sistema civil bajo el control civil de la UE, los textos legales europeos sí permiten su uso por personal militar, dejando la decisión como cuestión soberana de cada Estado miembro.
El INTA participa en el mismo como 'hoster' y 'proveedor de servicio'. Además, tal como se prevé, el director del INTA ostentará la CPA (Autoridad competente para el servicio público regulado (PRS) del proyecto Galileo).
Por último, el texto recuerda que el organismo realiza la modernización de las instalaciones del Centro de Experimentación de El Arenosillo (CEDEA), en Huelva, y la actualización de la infraestructura del Centro de investigación Aerotransportada de Rozas (CIAR).
El documento no detalla las partidas individualizadas, pero sí muestra la dedicación en horas de los técnicos previstas. De esta forma, en 2016 se prevé emplear un total de 200.000 horas de investigación, 165.000 en desarrollo, 215.000 en homologaciones y certificaciones, 115.000 en asistencia técnica y 65.000 en potenciación de instalaciones. Las cifras coinciden con las de este año 2015, al no producirse una variación significativa del presupuesto.
Foto: INTA