La directora de la Agencia de Cooperación en Defensa y Seguridad (DSCA) de Estados Unidos, Heidi Grant, ha afirmado que es “absolutamente posible” formalizar el contrato de venta de aviones de combate F-35 a Emiratos Árabes Unidos antes del 20 de enero. Ese es el día en el que acabará el mandato del actual presidente estadounidense, Donald Trump, valedor de esta operación que en cambio no ven con buenos ojos muchos legisladores, principalmente del Partido Demócrata, al que pertenece el presidente electo Joe Biden.
Emiratos Árabes Unidos pretende adquirir un paquete de armamento estadounidense, estimado en 23.370 millones de dólares, que incluye medio centenar de cazas de quinta generación F-35, 18 drones de mediana altitud y largo alcance MQ-9B Predator y distinta munición aire-aire y aire tierra. El coste previsto para los F-35 alcanza los 10.400 millones de dólares, según el comunicado que la DSCA emitió el pasado noviembre cuando el Departamento de Defensa dio luz verde al a operación.
La posible venta de estos avanzados aparatos a Abu Dabi levanta recelos, especialmente en Israel, temerosa de que su ventaja militar se reduzca en su área geoestratégica, pese a haber alcanzado este verano un histórico acuerdo de paz con Abu Dabi. La solución podría pasar por reducir la tecnología de los aviones emiratíes respecto a los de Israel.
Si Emiratos logra hacerse con los F-35, lo que exige completar la tramitación aún pendiente en Estados Unidos, se convertirá en el decimocuarto usuario de este aparato que también figura en la lista de posibles compras de España, entre otros, interesada sobre todo en la adquisición de la variante de despegue corto y aterrizaje vertical (F-35B).
Completar la operación con Emiratos exige que no haya una oposición del Congreso, donde muchos legisladores, principalmente demócratas, se muestran recelosos con la cesión de tecnología sensible por los vínculos emiratíes con Rusia y China
Ante la posibilidad de que la Administración Biden pueda bloquear la venta, en el Congreso existe la creencia de que la actual Administración Trump se apresure a cerrar la operación antes del 20 de enero, según recoge Defense News.
Si bien la venta ha sido respaldada por el presidente Donald Trump, existe la extendida creencia de que la administración Biden puede buscar bloquearla y, por lo tanto, existe la creencia en algunos rincones del Congreso de que el Gobierno de Trump se apresura a realizar la venta antes del fin de su legislatura, el 20 de enero.
En la actualidad, el F-35, cuyo primer vuelo tuvo lugar en 2006, opera desde algo más de una veintena de bases en distintos puntos del mundo por cerca de un millar de pilotos capacitados para ello, que a su vez están apoyados por cerca de 9.000 profesionales responsables de las tareas de mantenimiento. De momento, el F-35 ya ha sido probado en combate por Israel, Reino Unido y Estados Unidos.
Lockheed Martin, su fabricante, entregó en el primer trimestre de 2020, antes de la declaración de la pandemia, la unidad número 500 del F-35. El grueso de estos cazas ha sido fabricado principalmente en las instalaciones que Lockheed Martin tiene en Fort Worth, en el estado norteamericano de Texas, y también en las plantas de ensamblaje habilitadas en Italia y Japón.