El Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) experimentará en 2021 un importante descenso de su presupuesto. El proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE), presentado esta semana por el Gobierno, reserva para este organismo público de investigación dependiente del Ministerio de Defensa una partida de 154,1 millones de euros, lo que supone un descenso del 18% con respecto a este 2020.
En el presente ejercicio, el INTA cuenta con 188,6 millones de euros, por lo tanto, perderá 34 millones de un año para otro. La actividad de este organismo está estructurada en torno a 420 proyectos relacionados con la I+D y la prestación de servicios de carácter tecnológicos.
“Del orden de 150 tienen como objetivo la prestación y desarrollo de servicios de carácter tecnológico tanto en el ámbito nacional como internacional; el resto configuran y sostienen el desarrollo de las líneas estratégicas de Investigación del INTA, y permiten la generación del conocimiento que el Instituto necesita para el cumplimiento de su misión”, detalla el sección del presupuesto de Defensa dedicada a esta entidad.
En el ámbito de la I+D, cuenta con más de 80 líneas de investigación en campos muy diferentes como el aeronáutico, el espacial, la hidrodinámica o la tecnología de defensa y seguridad.
En el área espacial, el INTA está involucrado en el segmento terreno del Programa Nacional de Observación de la Tierra (PNOT), basado en el satélite Paz, en órbita, y el Ingenio, que será lanzado en noviembre de este año, y acogerá las nuevas infraestructuras de Galileo.
El instituto tiene previsto además continuar con el proyecto Anser, un concepto de tecnología espacial para observación de la Tierra, basada en el desarrollo y uso de constelaciones de pequeños satélites de 3 kg volando en formación. También destacan en este campo los estudios para la evaluación de la viabilidad de Pilum, un lanzador para poner en orbita nano satélites desde un avión de caza.
A esto hay que sumar la participación en el desarrollo de un instrumento de caracterización del polvo y magnitudes ambientales para la misión Mars 2020 de NASA y la colaboración en la misión Plato de la Agencia Especial Europea.
El INTA continúa asimismo el desarrollo de Artemisa, un sistema contra drones intrusos, inmunes a las contramedidas de tipo electrónico como jamming o spoofing, a través de su interceptación y derribo utilizando un autotracking laser. También potencia una línea de investigación y desarrollo en NBQR e inhibidores, donde destaca el proyecto Lavema (Laboratorio de verificación de armas químicas), con un papel esencial a nivel nacional del departamento de NBQR del instituto.
Entre sus actividades, el organismo también lleva a cabo tareas de apoyo a la industria nacional. Por ejemplo, en los ensayos en laboratorio y pruebas de fuego para la empresa española Expal. Y, como institución responsable de aeronavegabilidad, certificación y homologación, realiza actuaciones en programas como el avión de transporte A400M y el caza de combate Eurofighter y trabaja en la certificación de helicópteros militares.
Cabe destacar que, fuera del presupuesto del instituto, en el programa Investigación y Estudios de las Fuerzas Armadas (464A), en concreto, el Ministerio de Defensa incluye una inversión de 25 millones de euros para actividades de tecnológicas y de I+D en áreas como el equipamiento y material; plataformas, propulsión y armas; sensores y guerra electrónica; información y comunicaciones; y combatiente. Esta partida sí aumenta con respecto a este año, en el que la previsión es que supere los 20 millones de euros (20,2).