Leonardo por fin ha logrado un objetivo que ha tenido durante casi 30 años: el suministro de los cañones 76/62 para la Marina Brasileña. En pleno periodo Covid-19, la empresa italiana y Thyssenkrupp, en largas videoconferencias, han negociado un contrato por cuatro cañones, con opción a dos más, por un monto que supera los 30 millones de euros.
Brasil siempre ha sido una cuenta pendiente para la antigua OTO Melara. Desde los años '80 del siglo pasado, el 76 ha sido un deseo para Brasil, pero al final la política fue por otros caminos. El país latinoamericano se había quedado el último en el continente, entre aquellos con armadas de alto nivel, en no tener este sistema de arma único en su categoría.
Por algunos años, la empresa italiana invirtió muchísimo tiempo, recursos y energías en promover lo que, en los pasillos de la fábrica, se empezó a llamar en una mezcla de italiano y portugués el "canhão maravilhão". Desafortunadamente, el gran entusiasmo que había envuelto a todo el equipo involucrado en el proyecto se vio frustrado por la elección de cañones, con prestaciones muy inferiores, de fabricación británica.
La Marina Brasileña había tomado la decisión de adoptar el montaje 76/62 ya desde hace, por lo menos 4 o 5 años, pero, por los retardos en realizar el proyecto Tamandaré, no se había podido oficializar la información. Naturalmente, para Leonardo no ha sido un paseo, sino largos años de tensión y de dedicación del equipo de la empresa que siempre ha creído en el resultado final y que, una vez más, ha visto a OTO Melara vencer a su histórico competidor: BAE Systems.
Con esta venta, la antigua fábrica italiana puede contar con 58 usuarios del cañon 76/62, en sus diferentes versiones, en todo el mundo.