Lecciones del Proyecto Rapaz: el camino a futuros programas

A mediados de la década de 2010, las necesidades operativas urgentes derivadas de las necesidades planteadas en los escenarios donde operaban nuestras unidades llevó a la adquisición de sistemas Raven, de la compañía norteamericana Aerovironment, que se comercializaron en España a través de Aerliper. De esta manera se dotó a las unidades del Ejército de Tierra de unas capacidades mínimas para atender a sus necesidades.

En esos momentos, desde el punto de vista de las adquisiciones nos encontrábamos en un punto en el que el esquema predominante de obtención de sistemas y equipos era el de “dirección centralizada y ejecución descentralizada”. Desde el punto de vista industrial, las posibilidades de la industria nacional eran todavía incipientes en el segmento de sistemas RPAS clase 1.

Las condiciones actuales son bien diferentes tanto desde el punto de vista de sistema de adquisiciones como industrial.

La reforma del sistema de adquisiciones ha centralizado en la DGAM la gran mayoría de los programas de obtención. Aunque esto no ha alcanzado de forma definitiva a sistemas RPAS con MTOW inferior a 150 kg, el proceso de obtención de estos sistemas de forma centralizada está en marcha.

La promulgación del Plan Director de RPAS a finales de 2015 ha permitido disponer a nivel global de las FAS, de un panorama más claro de cuáles son las necesidades de estos sistemas a corto, medio y largo plazo. Aún teniendo en cuenta la dificultad de establecer requisitos operativos comunes para estos sistemas, se está en proceso de elaboración y validación de los mismos. En cuanto a los objetivos de fuerza, estos están en proceso de definición en el ámbito del planeamiento de fuerzas, de tal manera que una vez que estén definidos y validados por las autoridades de planeamiento se puedan establecer los calendarios y fases de los programas a abordar. El papel de los Ejércitos en este ámbito es esencial, en términos de definición de necesidad. Sin embargo, la solución en cuanto a calendarios de programa y tipos de sistemas a adquirir es una responsabilidad de la Dirección General de Armamento y Material como organismo responsable de dotar a las FAS de los sistemas de armas necesarios, en el marco financiero establecido.

En estos momentos, desde la DGAM se está a la espera de concretar requisitos y entidad de objetivo de fuerza para establecer los programas necesarios. Las posibilidades de financiación y gestión condicionan las actuaciones en el ámbito de las adquisiciones. Dentro de este marco se han abordado algunas iniciativas para la evaluación de sistemas y el establecimiento de programas. Una de las más recientes es plantear la posibilidad de incluir los sistemas RPAS clase 1 en el marco de las adquisiciones centralizadas, lo que se pretende iniciar en 2018.

En cuanto a la evaluación de sistemas, se ha pretendido determinar en el marco del proyecto Rapaz cuales son las posibilidades reales de la industria nacional para cubrir las necesidades operativas. En ese sentido conviene destacar que la evaluación realizada a finales de 2015 y las actividades de apoyo al adiestramiento realizadas en primavera de 2016 permiten disponer de un criterio claro de cuáles son las posibilidades domesticas en un segmento donde la demanda es clara, aunque todavía esté por concretar. Así, en la DGAM se ha constatado que algunas empresas nacionales disponen en estos momentos de productos que permiten cubrir la demanda de una forma razonable, tanto en términos de prestaciones como de costes.

Especialmente en el segmento de entre los 5 y 15 kg de MTOW, algunos sistemas desarrollados en España ofrecen prestaciones equivalentes a los que ofrecen los fabricantes extranjeros. La industria nacional, especialmente algunas empresas en concreto, han evolucionado de forma significativa especialmente en el último lustro. La integración de sus sistemas en el inventario de las FAS es tan solo un problema de financiación, que no tiene que ver con las posibilidades de sus productos.

Mientras no se disponga de esa capacidad financiera de adquisición, se continuará el proceso de evaluación operativa en colaboración con los usuarios, que ya han mostrado un alto grado de satisfacción sobre sus prestaciones, de tal manera que cuando en un futuro inmediato se esté en condiciones de establecer un programa centralizado puedan entrar a competir con otros de acuerdo con las condiciones que en su momento se establezcan.

Es de esperar por tanto que desde la DGAM pueda abordarse un proceso de contratación centralizada de sistemas RPAS clase 1, aprovechando las experiencias del proyecto Rapaz en el que los sistemas españoles puedan competir con otros extranjeros. No hay en consecuencia una decisión predeterminada en cuanto al modelo concreto con el que dotar a nuestras unidades en el futuro, quedando la decisión en manos de la DGAM como órgano de adquisiciones responsable de determinar las soluciones en término de sistemas, de acuerdo con los requisitos que establezcan los Ejércitos.