Tras casi cien días desde que se constituyó el Gobierno, a la vista de las deliberaciones del Consejo de Ministros, la política de defensa no parece que vaya a ser una prioridad. Más allá de nuevos nombramientos, más o menos esperados, no se han producido decisiones importantes en materia de política de defensa. Quizás sea mejor por aquello de "Virgencita, que me quede como estoy".
La comparecencia de la ministra Margarita Robles del pasado día 20 de febrero marca una línea continuista, como ya apreciamos tras su discurso en la Pascua Militar. Se ha destacado el tono cordial mantenido por los diferentes portavoces. Eso es noticia en la España crispada que vivimos.
La comparecencia tiene algunos elementos que no nos parecen menores. La referencia de Robles a su satisfacción por "estar al frente de las Fuerzas Armadas" es loable, pero curiosa a la vista de las competencias que tiene asignadas por ley. También lo es ver la "militarización" de la Comisión de Defensa. No toca desde aquí entrar en ese debate.
Muy centrada en temas de política de personal, la intervención pasó de puntillas por temas que parecen relevantes. Especialmente destacamos las escasas referencias al marco financiero futuro. Algo que no es responsabilidad exclusiva de la ministra, pero en el que seguro que tendrá que fijar postura. Es de esperar que el ministerio tenga criterio para plantear cual debe ser la posición española en el futuro del fondo europeo de defensa, cuestionado en el debate del marco financiero plurianual de la UE. Igualmente hubiera sido esperable alguna referencia a las previsiones sobre el presupuesto nacional, una vez que se ha fijado el techo de gasto por parte del Ministerio de Hacienda. La oposición tampoco insistió demasiado.
Tampoco lo hizo en el tema de las exportaciones. Algo que excede a la ministra pero que debe ser de interés para sus señorías. El pasado 28 de febrero, se hicieron públicos, con notable retraso, los datos de exportaciones de material de defensa de 2018 y 2019. Las cifras reflejan una caída en el volumen de exportaciones de casi un 15%. Un dato que no parece deberse a pérdida de dinamismo empresarial y que estaría más relacionado con decisiones políticas.
En cualquier caso, la evolución natural de los acontecimientos ha seguido su curso. En el ámbito industrial se ha avanzado yendo, en buena parte, de la mano de los responsables técnicos del ministerio. El mismo día de la comparecencia, el secretario de Estado de Defensa, Ángel Olivares, firmaba la carta de intenciones para lanzar la fase IA2 del programa NGWS. El proceso de participación español en el programa sigue el camino que se había anunciado a finales de diciembre.
La foto tras la firma refleja la voluntad de incorporar a la industria española en el programa, a través de la empresa designada que debe dar cabida a una participación general del sector. En paralelo, se ha materializado la designación de los responsables industriales en algunos de los pilares y que igualmente asumen la responsabilidad de abrir la participación a otras empresas. Se avanza en un programa que condicionará el futuro industrial de defensa español a medio plazo y para el que es necesario cooperar y disponer de fondos. Veremos cuando, cuanto y como.
Por otro lado, se ha anunciado un preacuerdo en el programa 8x8 tras la recepción de una nueva propuesta industrial dentro de los límites políticos establecidos. Hay que concretarlo, pero es indudable la necesidad de seguir adelante con un programa esencial para la protección y seguridad de las tropas y sobre el que el Ejército ha basado su transformación en el marco de la Fuerza 2035. La industria española no puede ser ajena a ese proceso.
El NGWS, el programa 8x8 y los programas navales, que parecen adecuadamente encauzados especialmente tras las últimas noticias sobre el programa S80, son determinantes para el futuro de las Fuerzas Armadas y de la industria. Requerirán un nivel de dotaciones económicas importantes. También requieren de colaboración y de un esfuerzo desde las empresas para no defraudar al cliente interno. La capacitación es indudable. Quizás lo que falte sea manifestar con mayor claridad lo que puede aportarse desde un sector que no ha vivido su mejor momento en los últimos meses. En ese sentido el nombramiento de un nuevo presidente de Tedae es otra buena noticia para mejorar la interlocución con el ministerio y facilitar la colaboración entre empresas.
Parece que las aguas están volviendo a su cauce. En los próximos meses veremos si es posible continuar avanzando. Aunque no nos toquen.