El proyecto ruso de desarrollo de un avión de combate de sexta generación sigue dando detalles. Sus artífices están estudiando la posible inclusión de armas láser, armas hipersónicas y radares radiofotónicos en los aparatos, que deberán estar listos en la próxima década.
La revista bimensual estadounidense The National Interest, ha publicado este agosto un artículo en el que revela algunos de los nuevos conceptos que la industria rusa se está planteando incorporar al caza de sexta generación con el que espera sustituir al Su-57 Pak-Fa, nueva denominación del proyecto inicialmente conocido como T-50.
Entre otros, el texto habla –además de aparatos capaces de funcionar en equipos formados con otros aviones tanto con tripulación como sin ella– de armas de energía dirigida e hipersónicas y de nuevas tecnologías de radar y de sensores electroópticos que “parecen diseñadas para contrarrestar el sigilo”, cualidad conocida habitualmente por la expresión en inglés stealth y que es inherente a los aparatos de quinta generación.
Sobre el futuro radar, denominado radiofotónico, el artículo cita a un ejecutivo del grupo ruso de empresas Tecnologías RadioElectrónicas (Kret), Vladimir Mijeyev, quien explica que “será capaz de ver más allá de lo que son capaces los radares existentes, según nuestras estimaciones”. Mijeyev añade que esta tecnología consiste en la irradiación de una gama de frecuencias “sin precedentes” sobre el enemigo que permitirán conocer “su posición con mayor precisión y después del procesamiento [de los datos recibidos] obtendremos una imagen casi fotográfica de él”.
Se trata, añade, de algo “importante para determinar el tipo [de aeronave]: el ordenador del caza ruso identificará inmediatamente si el objeto volador se trata, por ejemplo, de un F-18 o de un tipo específico de misil”. De momento ya se han fabricado prototipos del nuevo radar, de acuerdo con la agencia rusa Sputnik.
Otro de los equipos contemplados para los futuros cazas de sexta generación rusos es un sistema óptico multiespectral “capaz de operar en diferentes modos como láser, infrarrojo, ultravioleta y, de hecho, en la banda óptica supera considerablemente el espectro visible a los humanos".
Los planes revelados pasan por emplear equipos formados por dos aviones tripulados junto a varios drones. "Un dron de la formación llevará armas de microondas, incluso municiones electrónicas guiadas, mientras otro dron equipará medios de supresión y destrucción radioelectrónicos, y el tercer dron, por su parte será dotado con un set de armamento convencional", según Mijeyev.
El directivo de Kret asegura por otra parte que se están “ocupando del desarrollo en el campo de láseres de alta potencia que serían capaces de destruir misiles atacantes". De momento, destaca, “ya tenemos instalados los sistemas láser de protección sobre nuestros aviones y helicópteros”.
Michael Kofman, investigador especializado en asuntos militares rusos del Centro de Análisis Navales, apunta por su parte que Moscú probablemente no cuenta con los fondos suficientes como para sacar adelante un proyecto de este tipo. Pero en todo caso, reconoce, la industria de defensa rusa se mantiene “al corriente de qué tipo de próximas capacidades podrían entrar en el campo de batalla”.
El experto señala también que, al igual que ocurre en Estados Unidos, las empresas de defensa presionan al Gobierno ruso “para asegurarse un trozo del pastel” del gasto en armamento del futuro. De momento, explica “no está claro cuánta financiación estará realmente disponible en el próximo programa estatal de armamento para el periodo 2018-2025 para apoyar los nuevos proyectos, pero sin duda Kret espera asegurar el apoyo a varias líneas de esfuerzo, y por lo tanto está anunciando sistemas prospectivos que Rusia está probablemente muy lejos de desarrollar”.
Antes de estas revelaciones del directivo de Kret al medio norteamericano, Guivi Dzhandzhgava, jefe de la Oficina de Diseño de Aparatos de Precisión de Ramenskoye, considerada como la líder en el desarrollo de equipos de aviación para las aeronaves rusas, ya reveló algunos detalles del programa del futuro caza de sexta generación ruso, como publicó Infodefensa.com el pasado octubre. Dzhandzhgava reconoció que ya “se está llevando a cabo un gran número de trabajos relacionados con aviones con función de dron opcional”.
Previamente, hace un año, en junio de 2016, se informó por primera vez sobre el desarrollo por parte de Moscú de un caza de sexta generación. Según transcendió será un aparato altamente maniobrable dotado de un sistema de inteligencia artificial capaz de combatir solo, sin piloto. El avión también podrá ser tripulado y tendrá capacidad para elevarse hasta el espacio cercano. También se conoció anteriormente que la versión no tripulada del caza contará con cañones electromagnéticos preparados para destruir aparatos electrónicos, como radares enemigos. La previsión revelada dice que el primer vuelo del prototipo experimental tenga lugar antes de 2025.