Este jueves se han cumplido exactamente 50 años del momento en que el primer helicóptero voló con un rotor de cola carenado de tipo Fenestron. El hito se culminó el 12 de abril de 1968 en el segundo prototipo de la aeronave Gazelle. Medio siglo después, “el Fenestron se ha impuesto como una tecnología emblemática de la competencia técnica de Sud Aviation, de Aerospatiale, de Eurocopter y, en la actualidad, de Airbus Helicopters, que lo ha incorporado en el helicóptero de nueva generación H160 (imagen inferior) para establecer un nuevo estándar de reducción de nivel sonoro y de seguridad”, recoge esta última empresa en un comunicado.
En su origen, el objetivo del sistema era envolver el rotor de cola para conseguir una seguridad adicional al personal de tierra, pero también para proteger el rotor antipar en entornos operativos difíciles, como constituye por ejemplo la proximidad de cables de alta tensión. Posteriormente llegó como ventaja adicional la reducción del nivel sonoro, que se logró tras una profunda investigación y optimización en sucesivas generaciones del sistema, que originalmente fue bautizada como Fenestrou. Esta es una palabra provenzal que significa ‘ventanuco’. Posteriormente, el término evolucionó hasta el hoy célebre Fenestron.
La innovación fue certificada por primera vez en el Gazelle en 1972 y se incorporó posteriormente al primer prototipo monomotor del Dauphine, cuyo vuelo inaugural tuvo lugar en junio de 1972. La segunda generación llegó a fines de los años 70 con un Fenestron íntegramente fabricado en materiales compuestos, que permitió aumentar su diámetro en un 20 por ciento en relación con las primeras versiones del Dauphin.
Con esta mejora se trataba de atender la demanda de los guardacostas de contar con un helicóptero muy maniobrable para operaciones de búsqueda y rescate. En la actualidad aún permanecen en servicio los Dauphin del cuerpo de Guardascostas estadounidenses, que ya llevan acumulados más de un millón y medio de horas de vuelo.
En 1975 se elevó en el aire el mayor Fenestron testado a bordo de un banco de ensayo de helicóptero Puma SA330. Aquella versión de 11 palas y un diámetro de 1,60 metros permitió demostrar que la tecnología del Fenestron no estaba adaptada a esta categoría de helicópteros, en la que se requiere “demasiada potencia”, de acuerdo con el fabricante.
La mayor versión está instalada en el H160
A lo largo de este tiempo continuaron las investigaciones centradas en optimizar la forma del Fenestron, los perfiles de las palas que cubre y mejorar la reducción de ruidos, en especial durante ciertas fases de vuelo. Entre los años 1987 y 1991 se probó con éxito en un Ecureuil. En 1994 se instaló la tercera generación en el H135, y con ella se consiguió mejorar los niveles sonoros mediante la posición no simétrica de las palas. Un lustro después, en 1999, el H130 emprendió su vuelo inaugural con un Fenestron derivado de esa versión, al que siguió el H145 en 2010.
Ahora, medio siglo después de su vuelo inaugural, el Fenestron con el que se ha dotado al helicóptero H160 es –con un diámetro de 1,20 metros– el mayor instalado en un helicóptero de Airbus. Sus 12 grados de inclinación mejoran las prestaciones de la aeronave con una carga útil adicional y aumentan su estabilidad, sobretodo en vuelo estacionario.