La venta de 15 aviones de combate Eurofighter a Austria en 2003 continúa bajo sospecha, aunque distintos indicios apuntan a que el caso se puede estar acercando a su fin. Cuatro meses después de que el Parlamento del país notificase que no había encontrado irregularidades en la operación, Airbus ha revelado que está en discusión con la fiscalía de Múnich “sobre la posible finalización de la investigación”.
La compañía aeroespacial y de defensa europea ha emitido un comunicado en el que ha confirmado esta circunstancia en un asunto del que aclara que se trata “de un caso legal heredado”. Con esta expresión se refiere a que la operación investigada fue desarrollada por la antigua EADS Deutschland GmbH, posteriormente renombrada Airbus Defense and Space GmbH.
En su nota, la empresa no ofrece más detalles sobre la naturaleza de la discusión que mantiene abierta con la fiscalía austriaca en relación a la posible finalización de la investigación. Únicamente añade que una vez que ésta haya concluido” Airbus revelará el resultado”.
Austria encargó en 2003 un total de 18 aviones de combate Eurofighter por un montante inicial de 2.000 millones de euros, aunque finalmente, tras renegociar el acuerdo un nuevo Gobierno, las adquisiciones se limitaron a 15 aeronaves por 1.700 millones.
El contrato inicial, suscrito por el entonces Gobierno conservador en el poder, levantó sospechas desde el primer momento, de ahí que en 2006 se llegó a crear una comisión de investigación parlamentaria que también acabó clausurada sin llegar a nada concreto.
Posteriormente, a finales de 2012, el Ministerio de Defensa comenzó a estudiar el caso para aclarar las sospechas sobre esta venta. En aquel año Austria llegó a afirmar que si descubría prácticas corruptas podría acabar pidiendo la rescisión del contrato y la correspondiente devolución de los aviones. De acuerdo con la investigación ministerial, el perjuicio denunciado puede llegar a cuantificarse en 1.100 millones de euros.
El Ministerio de Defensa del país demandó en febrero de 2017 a Eurofighter Jagdflugzeug GmbH y Airbus, del que la primera es su principal accionista, por supuesto fraude en la venta de cazas de este modelo destinados a la Fuerza Aérea del país. Airbus considera que estas reclamaciones, presentadas ante el juez 16 años después de la licitación y ocho años tras la entrega de la última aeronave, “parecen disparatadas y con una motivación política”.
Fuentes de la compañía adelantaron a Infodefensa.com el mismo día de la denuncia, el 16 de febrero, que consideraban este asunto como una “maniobra política” en clave interna del país. “Esta es la razón por la que el Ministerio de Defensa se abstuvo de confrontar directamente sus acusaciones con Eurofighter Jagdflugzeug GmbH antes de culpar y avergonzar públicamente a la compañía”, según explicó el abogado principal de la empresa, Peter Kleinschmidt.
Un mes después de la denuncia, al parlamento austriaco emprendió la investigación que el pasado septiembre se cerró sin haber obtenido pruebas que avalasen las sospechas. Entre tanto, el proceso iniciado en sede judicial continúa adelante. También el pasado septiembre Airbus presentó ante la fiscalía una exposición de hechos contra las acusaciones vertidas por el ministro de Defensa Hans Peter Doskozil durante la conferencia de prensa que dio el mismo 16 de febrero en la que su departamento presentó la denuncia contra Airbus.
El consejero delegado de Airbus, Tom Enders, advirtió el pasado octubre a sus empleados de “una nueva oleada de noticias en los medios relativas a nuestros problemas de cumplimiento y a las investigaciones que están en curso”. Enders les conminó en una misiva a que se preparasen “para un periodo de confusión y turbulencias” que podía ser largo y “tener consecuencias graves, incluyendo multas de consideración para la compañía”.