Venezuela tendrá nuevos submarinos
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Venezuela tendrá nuevos submarinos

Submarino ruso Project 636, modelo por el cual podría estar interesada Venezuela. Foto: Rosoboronexport.
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El ministro del Poder Popular para la Defensa, general en jefe (Ejército) Vladimir Padrino López, aseguró que la Armada de Venezuela recibirá nuevos submarinos, aunque no precisó si había alguna negociación en curso, asi como sobre el país donde serían adquiridos y eventuales fechas de recepción.

"Yo les aseguro ¡Escríbanlo! Nuevos submarinos vendrán para la patria de Venezuela", dijo Padrino López, el pasado 6 de octubre, durante la inauguración de la nueva sede de la Escuela de Submarinos ubicada en la Base Naval Contralmirante 'Agustín Armario’, en Puerto Cabello.

El ministro hizo igualmente referencia al estado actual de los dos submarinos que conforman el Escuadrón de Submarinos del Comando de la Escuadra. En ese sentido, indicó que el Sábalo (S-31), se encuentra temporalmente fuera de servicio por recarga de baterías, mientras que el Caribe (S-32) continúa varado en Diques y Astilleros Nacionales C.A. (Dianca) donde está siendo sometido a un proceso de revisión mayor y modernización.

La Fuerza Submarina venezolana

En 1938 la Armada venezolana negoció sus primeros submarinos, tres unidades italianas que no pudieron ser entregadas por el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Concluido el conflicto hubo nuevos intentos por obtener naves de este tipo, pero no fue sino hasta mayo de 1960 cuando recibió su primer submarino, el Carite (S-11), un buque de la clase Balao cedido por la U.S. Navy.

A comienzos de los años setenta se recibieron dos unidades más, también excedentes de la Armada estadounidense, el Tiburón (S-12) otro clase Balao pero configurado, tras una extensiva modernización, a la variante Guppy II y un clase Tench/Guppy II. Con esas tres unidades se conformó el Escuadrón de Submarinos.

Simultáneamente, en 1971 se ordenó a la alemana Howaldtswerke-Deutsche Werft -HDW- (actual ThyssenKrupp Marine Systems) la construcción de dos submarinos tipo U209/1300 y la opción por un tercero. En agosto de 1976 y marzo de 1977 fueron entregados en Kiel, respectivamente, el Sábalo y Caribe, pero con la particularidad de que estos medían seis metros más de eslora que las unidades del mismo tipo y tonelaje (1300) en servicio con otras armadas y por eso se les identificó tipo U209A. La opción por un tercero no se ejecutó.

En las dos décadas siguientes hubo varios intentos por adquirir nuevos submarinos que no se concertaron. El Sábalo y el Caribe, por su parte, fueron sometidos a varios procesos de revisión mayor y actualización, siendo la última en 2004, en las instalaciones de Dianca, con la particularidad que era la primera vez que se tipo de trabajos se realizaba en Venezuela. El objetivo era prorrogar la vida útil de los dos submarinos por diez o doce años a partir de 2006-2007, cuando estaba previsto que iban a ser reincorporados al servicio. Esto permitiría mantenerlos operativos hasta 2021-2022; sin embargo, los trabajos han presentado demoras por distintas circunstancias. El Sábalo fue reincorporado a la flota en enero de 2011, mientras que el Caribe continúa en Dianca y aún no se sabe cuándo volverá al servicio.

Un proyecto en espera

En 2005, la Armada venezolana dio a conocer su plan para la adquisición, en un plazo de quince años, de nueve submarinos diesel-eléctricos de cuarta generación, equipados con el sistema Air Independent Propulsion (AIP) y capacidad para disparar misiles tácticos en inmersión.

Desde un principio, la Armada mostró su preferencia por el modelo alemán U214 de ThyssenKrupp Marine; pero la entrada en vigencia del veto impuesto por Estados Unidos a la transferencia de armamento y tecnología militar a Venezuela, medida a la que se unieron varios países, entre ellos Alemania, prácticamente redujo las posibilidades a modelos rusos.

Ante tal circunstancia, la Armada venezolana volcó su preferencia por el modelo Amur 1650 de cuarta generación pero, en ese momento, los astilleros rusos no estaban en capacidad de satisfacer el pedido. La contraoferta fue de cinco submarinos Project 636 (Código OTAN: Improved Kilo) y cuatro Amur 1650, en dos órdenes sucesivas. Al tiempo, las negociaciones se interrumpieron y aunque a finales de 2011 la Armada reiteró su interés en adquirir nuevos submarinos, hasta ahora no había habido nueva información al respecto.

Ante el anuncio del ministro de la Defensa, cabe suponer que persista el interés en los submarinos rusos, porque la otra alternativa sería China, cuya oferta en este tipo de buques es muy limitada y en 2005, según trascendió entonces, fue descartada.

Ambos modelos rusos se adaptan a los requerimientos originales de la Armada venezolana, en cuanto al lanzamiento de misiles tácticos en inmersión, en este caso, el sistema Club-S, capaz de destruir submarinos y buques en superficie. Respecto a la navegación en inmersión, hay una variante, el Amur 1650 cuenta con el sistema AIP, mientras que el Project 636, en comparación al modelo Project 877EKM del cual se deriva, incrementó su rango de navegar en inmersión con snorkel a 7.500 millas náuticas. El Project 636 desplaza en superficie 2.350 toneladas y el Amur 1650, 1.765 toneladas.



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