El Ministerio de Defensa búlgaro ya tiene listo un borrador de solicitud de propuestas para enviársela a los distintos fabricantes de aviones que optarán a suministrarle 16 aviones de combate. El documento, que ya se ha hecho público, se prevé enviar a siete países: Israel, Estados Unidos, Alemania, Portugal –a la que se adquirirían aparatos de segunda mano–, Francia, Italia y Suecia.
Así lo recoge el semanario local Sofia Globe, que estima la compra en 1.800 millones de levas (920 millones de euros al cambio actual) y apunta que serán adquiridos en dos lotes de ocho unidades cada uno. Sofía lleva más de una década a vueltas con la sustitución de su anticuada flota de MiG-29, de diseño soviético.
El pasado septiembre trascendió la intención de sus autoridades de reeditar su programa de adquisición de un nuevo avión de combate. Un proceso anterior quedó previamente suspendido después de que el Gripen de la sueca Saab hubiese sido seleccionado como mejor opción por un grupo de expertos oficiales frente a sus competidores: el Eurofighter y el F-16 de Lockheed Martin.
A estos tres modelos se sumó a finales del año pasado el F/A-18 Super Hornet de Boeing, empresa a la que Sofía estimó invitar al proceso del que está previsto conocer el nombre del ganador este verano, si no hay contratiempos. En caso de vencer la oferta estadounidense, Bulgaría se convertiría en el primer país del Este de Europa en operar los Super Hornet.
La información publicada ahora por Sofia Globe incluye también al caza Rafale, de la compañía francesa Dassault Aviation, como posible candidata al nuevo concurso.
Bulgaria pasa actualmente por dificultades para mantener la docena de Mig-29 con los que también cuenta por dos motivos principales. El primero es el alto coste de esos trabajos, casi equivalentes a adquirir nuevos cazas occidentales. El segundo viene por el peligro que representa permitir que una empresa rusa –el fabricante de los aviones es MiG– se encargue de actualizaciones de hardware de cazas de un país miembro de la OTAN, dado el clima de tensiones en torno al conflicto de Ucrania.
La situación es tan complicada, que los propios pilotos búlgaros de los MiG-29 se llegaron a negar a volar en estos aparatos, como publicó Infodefensa.com el pasado octubre.