El ministro de Defensa búlgaro, Krasimir Karakachanov, prevé lanzar este mismo mes las solicitudes de propuestas para reeditar el programa de adquisición de un nuevo avión de combate. Un proceso anterior quedó recientemente suspendido después de que el Gripen de la sueca Saab hubiese sido seleccionado como mejor opción por un grupo de expertos oficiales frente a sus competidores: el Eurofighter y el F-16 de Lockheed Martin.
A estos tres modelos se suma ahora el F/A-18 Super Hornet de Boeing, empresa a la que Sofía prevé invitar para que le remita una cuarta oferta con la que poder seleccionar el avión de combate definitivo a finales del próximo julio, si no hay contratiempos. En caso de ganar esta opción, Bulgaría se convertiría en el primer país del Este de Europa en operar Super Hornet.
El programa de nuevos cazas para la Fuerza Aérea Búlgara prevé la compra en dos fases de 16 cazas hasta el año 2023. La primera fase, acotada entre 2018 y 2021, comprende la firma de un acuerdo por ocho aviones. La segunda, por otras ocho aeronaves, estima un calendario de suministro acotado entre 2022 y 2023.
Bulgaria pasa actualmente por dificultades para mantener la docena de Mig-29 con los que también cuenta por dos motivos principales. El primero es el alto coste de esos trabajos, casi equivalentes a adquirir nuevos cazas occidentales. El segundo viene por el peligro que representa permitir que una empresa rusa –el fabricante de los aviones es Mig– se encargue de actualizaciones de hardware de cazas de un país miembro de la OTAN, dado el clima de tensiones en torno al conflicto de Ucrania.
La situación es tan complicada, que los propios pilotos búlgaros de los MiG-29 se han negado a volar en estos aparatos, como publicó Infodefensa.com el mes pasado.
Además del Gripen, que en una primera instancia se contempló como la favorita, y del F/A-18, las autoridades búlgaras se plantean la compra de Eurofighter del consorcio europeo conformado por Airbus, BAE Systems y Leonardo, y de F-16 fabricados por la norteamericana Lockheed Martin. En ambos casos se contemplaba en el primer proceso la adquisición de aparatos de segunda mano, o bien a Italia, si la elegida hubiese sido Eurofighter, o Portugal, de haber ganado el F-16.
Fuentes del Ministerio de Defensa adelantaron el año pasado que la opción del Eurofighter resultaba demasiada cara para Bulgaria, por lo que la elección final había quedado realmente entre dos opciones: Gripen nuevos fabricados por Suecia y F-16 usados por la Fuerza Aérea de Portugal. Finalmente se optó por la opción favorita de la Fuerza Aérea de Bulgaria, que mostró su preferencia por la compra de nuevas aeronaves, según trascendió de fuentes no oficiales. Posteriormente, sin embargo, la cuenta volvió a ponerse a cero en un proceso que está a punto de reiniciarse.