El proyecto de defensa más importante de la Armada de México y prácticamente de la industria de defensa mexicana, la Patrullera Oceánica de Largo Alcance (POLA) se acerca al final de su primera etapa de construcción, ya que la empresa neerlandesa Damen Shipyards entregará en los siguientes días, al astillero número 20 de Salina Cruz, Oaxaca, el último módulo correspondiente a la sección del puente. Lo que acerca la construcción de su casco al 80%.
De igual modo, el navío ya tiene nombre y será bautizado como ARM Reformador Pola 101 y siguiendo la tradición naval, inaugura la clase Reformador en la Armada de México, de la que se espera se construyan entre seis y ocho buques en los siguientes años.
Como ha documentando Infodefensa.com , la ahora clase Reformador representa un avance significativo en el sector de construcciones navales, ya que es el primer proyecto de este tamaño que se realiza para y por una institución de defensa en México. También representa un cambio positivo y necesario en la doctrina de defensa nacional y de los recursos e intereses mexicanos en alta mar; ya que la ARM Reformador Pola 101 y los buques de su clase, por fin harán presencia constante del estado de derecho mexicano, más allá del mar territorial, permitiendo a la armada de México vigilar con suficiente autonomía la zona económica exclusiva ubicada a 200 millas náuticas del territorio mexicano, misión que antes era tremendamente complicada de relizar sin los navios adecuados.
El nivel tecnológico que introduce este buque a México también es notable, pues ha abierto la puerta a firmas líderes a nivel global como Thales e Indra, ambas empresas establecidas en México desde hace mucho tiempo y que han tenido la oportunidad de aportar su experiencia y soluciones al proyecto, llevándolo a ser una plataforma de clase mundial, capaz de desempeñar sin problemas las peligrosas y demandantes labores inherentes a la vigilancia permanente en altamar.
Inéditos en México son también los sistemas de defensa como el lanzador vertical de misiles recientemente aprobado para su venta por la Agencia de Cooperación y Defensa de los Estados Unidos o la selección de un helicoptero embarcado con capacidad ASW entre varios ofertantes y cuya presencia en México se estará definido en algún momento cercano, ya que por ahora la prioridad de la armada mexicana es llevar a buen puerto la construcción de módulos, la botadura del casco, la implementación de los sistemas de defensa, radar y comunicaciones para poder iniciar la etapa de pruebas de mar.