La legendaria rivalidad que mantienen promoción tras promoción legionarios e infantes de marina se quedó este miércoles en el algo embarrado suelo del Campo de Entrenamiento del Retín, en Cádiz. Lo que sí se embarcó ese día en los dos vehículos Uro Vamtac ST5 dotados de sistemas de mortero Eimos de Expal fueron unos soldados dispuestos a mostrar ante una representación de alto nivel de las Fuerzas Armadas la capacidad de este desarrollo español para funcionar coordinadamente, incluso cuando se emplean dos versiones distintas operadas por cuerpos diferentes, como en este caso.
Un equipo de Infantería de Marina se encargó de mostrar la precisión del Dual-Eimos, la última variante de este arma, a bordo de un vehículo pintado con camuflaje boscoso, mientras que componentes de la Brigada de la Legión, designados como la base de la nueva Brigada Experimental del Ejército de Tierra dentro del programa Fuerza 2035, se ocuparon de manejar la versión anterior Eimos 2018 desde un 4x4 con pintura árida. Esas eran todas las diferencias aparentes. En la demostración de hace dos días las tripulaciones de ambos vehículos mantuvieron en todo momento una sincronía de movimientos que les permitió disparar en apenas unos minutos varias decenas de rondas coordinadas desde al menos cuatro ubicaciones distintas para cada sistema. Todo ejecutado con precisión gracias a la movilidad de los Vamtac y a la tecnología que Expal ha desarrollado para los Eimos. Cuatro kilómetros más lejos, la sinfonía de los disparos acompasados que unas decenas de segundos antes habían salido de la boca de los morteros de 81mm tenía su réplica en la lejanía, delatada por el sonido apagado y las columnas de humo que ascendían desde el punto de impacto.
Más de cerca, y con el asesoramiento del jefe de Producto de Sistemas Expal, Alberto Fernández Cuervo, descubrimos que el Dual-Eimos, desarrollado a partir del Eimos 2018, cuenta “con importantes mejoras en aspectos como su versatilidad y precisión”. Se trata de un nuevo producto enmarcado dentro de un programa de I+D+i de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) “que ha permitido desarrollar un sistema a la medida de los requerimientos del Estado Mayor de la Armada. De ahí que la demostración del miércoles fue seguida en vivo por el almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada (Ajema), Antonio Martorell Lacave; el teniente general jefe del Mando de Apoyo Logístico del Ejército de Tierra (Jemale), Fernando Miguel García y García de las Hijas y el comandante general de la Infantería de Marina (Comgeim), el general de división Antonio Planells Palau, entre otros.
Todos ellos siguieron la evolución del ejercicio desde una espaciosa carpa sin paredes que permitía mantener las distancias obligadas por la pandemia, para lo que resultaba de gran ayuda que los organizadores hubieran señalado en el suelo el lugar preciso para cada invitado. Allí permanecieron los invitados con disciplina militar y mascarilla embozando el gesto. De las decenas de personas que se encontraban allí, incluidos los legionarios y los infantes de marina que diligentemente manejaban los sistemas mostrados, únicamente la redactora Rocío Arjonilla se desprendió de su mascarilla durante unos segundos, los precisos para grabar la introducción de la noticia de Infodefensa TV sobre el ejercicio. Apartada a una prudente distancia de la carpa y varios metros más allá de la cámara, Arjonilla también era la única en mirar al inicio de la prueba en dirección contraria a la de todo el mundo para explicar al objetivo lo que estaba ocurriendo unos treinta metros detrás de ella. A esa distancia comenzaron los infantes de marina y los legionarios a disparar los morteros de 81 mm embarcados en los ST5, para, unos segundos después, alejarse unos cientos de metros más lejos y continuar inmediatamente lanzando más granadas hacia un mismo punto. Disparar unas rondas y cambiar inmediatamente de ubicación. Así lo repitieron varias veces.
Entre tanto, el dron Sheperd-Mil, también desarrollado por Expal, confirmaba desde el cielo el acierto de los disparos. Esto se sabía porque antes del ejercicio todos vieron cómo los soldados lo lanzaban al cielo, ya que una vez en él, y por su particular silueta de águila, no resultaba sencillo distinguirlo de las rapaces que justo en ese momento planeaban sobre el Retín.
Lo más notable del equipo movilizado, en todo caso, se encontraba a ras de suelo, aunque en este caso podría haberse localizado también sobre el agua. El Dual-Eimos guarda como importante baza su capacidad para desembarcar, gracias al vadeo de láminas de agua de hasta un metro y medio para el que ha sido desarrollado. “Hasta ahora no había ningún sistema de mortero con capacidad de vadeo profundo en el mercado a nivel mundial”, precisa Alberto Fernández.
Como es lógico, el nuevo sistema mantiene las ventajas operativas del Eimos 2018, “claramente orientado a disparar y deslizarse, a través de características como maniobrabilidad, tiro de 360º sin necesidad de soportes adicionales e incluso en movimiento, con el objetivo de brindar la máxima eficiencia en la misión, y asegurar la supervivencia”, explican sus desarrolladores. Para mejorar su interoperabilidad, el “Dual-Eimos incorpora la integración con el sistema de mando y control Talos de la versión anterior, con un desarrollo realizado en España”.
El Estado Mayor de la Armada parece tener motivos para estar contento con las mejoras, como también la DGAM, donde se prevé la adquisición de “ochenta y tantos vehículos”. La iniciativa en la que trabaja Defensa incluye “sesenta y algunas unidades para el Ejército de Tierra, 17 para la Infantería de Marina, y para el Ejército del Aire cuatro o cinco”, según detalló a Infodefensa.com al concluir la demo del miércoles el jefe del área de Gestión de Tecnologías e Innovación (AGTI) de la DGAM, el capitán de navío Javier de Ory Arriaga. Si un día los vehículos con morteros embarcados de las tres ramas de las Fuerzas Armadas tienen que operar juntos, el miércoles ya demostró la Legión, la Infantería de Marina y la tecnología de Expal que podrán hacerlo sin mayor problema.