La recesión facilita el compromiso en defensa a más países de la OTAN

(Infodefensa.com)

En 2020, casi todos los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) han visto como crecía su carga militar. El incremento ha permitido a 12 miembros de la OTAN llegar al compromiso, adquirido en 2014, de destinar al menos un 2 o más de su PIB en sus fuerzas armadas. Son tres naciones más que las que se contaban en 2019, y entre ellas se encuentra Francia, octavo país con más gasto militar del mundo, que ha pasado el umbral del 2 por primera vez desde 2009. Estas cifras se han extraído de la base de datos sobre el gasto militar mundial que acaba de actualizar el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri), cuyos expertos apuntan hacia un efecto indirecto del covid para justificar el fenómeno, más que a un incremento intencionado de los presupuestos de defensa.

Según las conclusiones a las que ha llegado Lopes da Silva, investigador del Programa de Armas y Gasto Militar del Sipri, “aunque en 2020 un número más elevado de miembros de la OTAN gastó por encima del 2 en sus fuerzas armadas, en algunos casos esto probablemente tenga más que ver con las consecuencias económicas de la pandemia que con una decisión deliberada de cumplir con el objetivo de gasto de la Alianza”.

La OTAN estimó en 2018, de acuerdo con el ritmo de incremento de los presupuestos militares de sus miembros y de las estimaciones, que únicamente 15 de sus 28 miembros cumplirían con este compromiso del 2 en el año fijado, 2024.

El mundo destinó en 2020 a defensa algo más de 1,98 billones de dólares, lo que supone la cifra más alta desde que el Sipri comenzó en 1988 a recoger datos fiables. En concreto, el gasto militar del planeta se incrementó un 2,6 en el último ejercicio, pero al mismo tiempo el PIB global cayó un 4,4, lo que eleva más el valor de la subida en defensa. En concreto, la proporción del gasto militar en el PIB —la denominada carga militar— alcanzó en 2020 una media global del 2,4 , frente al 2,2 de 2019. Se trata, de acuerdo con la organización de estudios sin ánimo de lucro sueca, del mayor incremento interanual de la carga militar desde la crisis financiera y económica global de 2009.