EEUU incrementa un 23 sus exportaciones militares en cinco años

Algo más de uno de cada tres euros que se gastan en el planeta en la compra de material militar internacional acaba en las cuentas de empresas de Estados Unidos. En concreto, el 36% de todas las exportaciones de grandes armas tienen su origen en ese país. Así lo revela la última actualización del balance en las transacciones de armamento que anualmente ofrece el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri, por sus siglas en inglés). De sus bases de datos se extrae que las ventas al extranjero de material de defensa estadounidense superan en un 76% a las del siguiente en la lista de exportadores, Rusia, que acumula el 21%.

El tercero en el ranking es Francia, que ha visto aumentar un 72% sus cifras y ahora acumula el 7,9% de la cifra mundial. Alemania (5,8% de las transacciones de este material del planeta) y China (5,5%), completan el club de los cinco primeros. España vuelve a ocupar el séptimo puesto (3,1%), tras el Reino Unido (3,7%).

El Sipri ofrece sus datos agrupados en periodos de cinco años para no distorsionar el mapa de la evolución con un balance inusualmente extraordinario por una venta inusual durante un determinado ejercicio, por ejemplo. De este modo, las cifras apuntadas se refieren a incrementos experimentados en el último lustro (2015-2019) respecto al inmediatamente anterior (2010-2014). En términos generales, las transferencias internacionales de grandes armas crecieron un 5,5% entre estos dos periodos.

Volviendo a la evolución de Estados Unidos, sus suministros militares han llegado a 96 países. El investigador del Sipri Pieter Wezeman precisa que la mitad de las exportaciones norteamericanas tienen como destino Oriente Medio, “y la mitad de estas fueron a Arabia Saudí”. De hecho, el 73% de las importaciones saudíes de armas procedieron del país norteamericano durante el periodo analizado.

Al mismo tiempo, añade la fuente, ha crecido la demanda de aviones avanzados de Estados Unidos por parte de Europa, Australia, Japón y Taiwán. A finales de EEUU, los países de Europa central y occidental contaban con pedidos pendientes de 380 nuevos aviones de combate a Estados Unidos.