Alemania continuará al menos hasta septiembre sin proveer de material militar a Arabia Saudí, el mayor importador de armamento del mundo y un importante receptor de las exportaciones germanas de estos equipos.
El gobierno germano optó el pasado octubre por congelar la venta de material de defensa al reino de Oriente Medio como respuesta a la intervención bélica de este país en Yemen y tras la desaparición del periodista Jamal Khashoggi, presuntamente a manos de agentes saudíes. El veto se amplió de nuevo este mes, hasta el próximo domingo. Ahora, casi in extremis, y con un trasfondo de desacuerdo sobre este asunto por parte de los dos partidos del gobierno de coalición alemán, las autoridades del país han anunciado una extensión de la prohibición de otros seis meses, hasta el 30 de septiembre.
El cese de las exportaciones de armas a Arabia Saudí implica la congelación de los envíos previstos y también la prohibición de aprobar nuevos contratos durante el período afectado, como se ha encargado de apuntar el portavoz del gobierno, Steffen Seibert, citado por la cadena pública Deutsche Welle.
El ministro de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, condicionó a principios de marzo el levantamiento de la prohibición a la evolución “de los acontecimientos en el conflicto de Yemen”, pese a que su homólogo británico, Jeremy Hunt, le trasladó en un encuentro, mantenido por ambos en Berlín el pasado 20 de febrero, la preocupación de su país porque la medida germana “consiga lo contrario: reducir nuestra influencia en ese proceso”.
Arabia Saudí lidera la coalición internacional que en 2015 inició una ofensiva contra los rebeldes hutíes en Yemen, en apoyo del Gobierno yemení, y que ya suma al menos 10.000 muertos.
Francia también ha criticado “la imprevisibilidad de la política alemana” en las exportaciones de armamento, según los términos apuntados por su embajadora en Berlín, Anne-Marie Descôtes.
En ambos casos, el británico y el francés, las quejas de sus representantes derivan de las dificultades que tienen sus empresas ante el veto germano para exportar componentes incluidos en desarrollos militares en los que colaboran con Alemania. “Es inútil producir armas mediante una mejora de la cooperación entre Francia y Alemania si uno de los dos no está en condiciones de exportarlas”, ha apuntado el ministro de Economía galo, Bruno Le Maire.
Londres, por su parte, ha aducido tres motivos fundamentales para que Berlín reconsidere su postura: la implicación de distintos países en los proyectos afectados por el embargo, el riesgo de que Alemania deje de ser considerado como un socio fiable en un momento en el que Berlín busca desarrollar futuras capacidades de defensa, y la posibilidad de que se dé lugar a costosos litigios por responsabilidad legal por el impacto de estos movimientos en los operadores comerciales europeos.
Estas críticas también han tenido eco en el propio gobierno alemán. Los conservadores del partido de la canciller Angela Merkel, han mostrado su temor a que se esté poniendo con esta medida en peligro a la industria y los empleos del país y han llegado a mostrar su disposición a acercar su posición a Francia y Reino Unido. Al mismo tiempo, los socialdemócratas del SPD, que forman la parte minoritaria del ejecutivo de coalición, abogan por mantener las restricciones a Riad, como finalmente se ha decretado, y llegar a un acuerdo de exportación de material militar en general más restrictivo.
Arabia Saudí ha casi triplicado sus compras militares internacionales y se ha erigido como el mayor importador de armamento del mundo de los últimos cinco años. El Instituto de Estudios Internacionales para la Paz de Estocolmo (Sipri), entidad cofinanciada por el gobierno sueco, reveló este mes de marzo que el país ha desplazado en el primer puesto entre los receptores internacionales de material militar a la India, que desde hacía varios ejercicios venía liderando este ranking que ofrece sus datos en periodos de estudio de cinco años, para que ventas puntuales no distorsionen el balance.
De este modo, atendiendo a las adquisiciones de Riad entre 2014 y 2018 y comparándolas con las del lustro anterior, 2009-2013, se obtiene un crecimiento del 192 por ciento.
De acuerdo con los datos del Ministerio de Exteriores alemán, Berlín autorizó el año pasado 416 millones de euros en ventas de material militar a Arabia Saudí.
En los últimos años Alemania ha optado en distintas ocasiones por vetar sus exportaciones militares a Arabia Saudí a cuenta de las carencias en el respeto de los derechos humanos de este país. Se trata de una medida que Bertlín viene adoptando y echándose atrás periódicamente en los últimos años, y que afecta a uno de sus principales clientes de material militar, como ha venido informando Infodefensa.com.