La compañía italiana Leonardo ha presentado su candidatura al programa de 16.300 millones de dólares para dotar de un nuevo avión de entrenamiento militar de Estados Unidos. Hasta el mes pasado sus opciones a este concurso iban unidas a las de la compañía norteamericana Raytheon con el diseño T-100. Ambas compañías anunciaron hace unas semanas la ruptura de su sociedad, al no haber llegado a un acuerdo comercial satisfactorio que les permitiese continuar, como explicaron en sendas notas de prensa de las que informó Infodefensa.com.
Leonardo optará al programa Entrenador T-X, como es denominado, con el mencionado T-100, que es una plataforma basada en el ya existente M-346 de la firma italiana. La empresa ha explicado en un comunicado que aprovechará su empresa en Estados Unidos Leonardo DRS como contratista principal para una oferta capaz de “satisfacer las necesidades actuales y futuras de la Fuerza Aérrea de Estados Unidos” (USAF), en palabras del consejero delegado del grupo, Mauro Moretti.
Leonardo DRS seguirá contando con el apoyo de la compañía CAE USA (filial de la canadiense CAE) en el diseño y desarrollo del sistema de entrenamiento terrestres (GBTS) del T-100 que incluye en su oferta a la USAF.
Los aviones T-100 están equipados con motores F124 suministrados por la empresa International Turbine Company, firma conjunta de Honeywell Aerospace y Aerospace Industrial Development Corporation (AIDC).
Esta aeronave tendrá que competir en el programa norteamericano contra el equipo formado por Lockheed Martin y Korea Aerospace Industries (KAI), que presentan una variante del avión T-50 Golden Eye y el encabezado por Boeing y Saab, que optan con un diseño monomotor de nuevo cuño. También tienen opciones, entre otras, una aeronave basada en el avión Scorpion presentada por Textron AirLand, y otra más de Sierra Nevada Corp. en sociedad con la turca Turkish Aerospace Industries (TAI).
El ganador del concurso se conocerá previsiblemente este año y los primeros aparatos deberán entrar en servicio, si no hay contratiempos, entre los años 2023 y 2024. Su objetivo es encontrar la mejor oferta para sustituir con 350 aviones la antigua flota de reactores de entrenamiento T-38 Talon, y de paso dotar a la USAF de un modelo apropiado para preparar a sus futuros pilotos de los caza de quinta generación F-22 y F-35 Joint Strike Fighter (JSF). Además, el modelo que se haga con este pastel estimado en 16.300 millones de dólares tendrá una posición ventajosa frente a futuros concursos de otros países, dada la popularidad internacional del F35, del que se esperan fabricar en torno a 2.500 unidades durante las próximas tres décadas.
Imagen: Leonardo