Escribano estrena instalaciones con la vista puesta en el VCR 8x8

El nuevo edificio de Escribano Mechanical and Engineering en el parque tecnológico de Alcalá de Henares es un reflejo del crecimiento de la compañía en los últimos años. La empresa ha transferido a estas modernas instalaciones de 18.000 metros cuadrados todo el proceso de integración de sus dos productos más destacados: las estaciones de armas remotas, tanto navales como terrestres (Sentinel y Guardian), y las cámaras Oteos.

En la planta inferior destaca una sala, única en España, con toda la maquinaria necesaria para la fabricación de lentes, a lo que hay que sumar una sala limpia para la integración de los sistemas electrópticos y otras dos áreas dedicadas, por un lado, a la integración y fabricación de cableado, y, por otro, validación y pruebas finales de vibración, estabilización y ensayos ambientales. Estas salas dan paso a una amplia zona reservada a las líneas de montaje de las estaciones de armas remotas y de las cámaras. Aquí, además, estos sistemas son puestos a prueba sobre plataformas hidráulicas que simulan, por ejemplo, el movimiento de un vehículo o el impacto de las olas en el buque.

Arriba, en la primera planta, están los departamentos de ingeniería e I+D y administración. El primero es responsable de nuevos desarrollos, el software de los sistemas, los equipos de simulación y de la aplicación de tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial a sus soluciones. En total, un centenar de ingenieros. La mayoría, procedentes de la cercana Universidad de Alcalá. Parte de los doce millones invertidos en la nueva planta también se ha dedicado a mejorar las condiciones de trabajo de los empleados con áreas de descanso entre las oficinas, un espacio recreativo e incluso gimnasio.

El traslado del personal comenzó a mediados del año pasado y la nueva planta ya está a pleno rendimiento. A pocos metros, en las instalaciones de 14.000 metros cuadrados, divididas en tres edificios, que ya han quedado pequeñas, continúan los talleres especializados en fabricación de los componentes de sus sistemas de defensa y en la producción de mecanizados de alta precisión, el germen de la compañía de los hermanos Ángel y Javier Escribano.

300 empleados y el 90% de las ventas en el exterior

Las cifras muestran el salto experimentado. La firma ha pasado de los 80 empleados hace un par de años a los 300 en la actualidad, con un 90% de sus ventas están en el exterior y una facturación que supera ya los 50 millones de euros. Hoy, Escribano controla todo el proceso de desarrollo de sus sistemas, desde el diseño y la fabricación hasta el montaje y las pruebas.

Los primeros pasos en las estaciones de armas fueron hace menos de una década, en 2011. Poco después, llegó un importante contrato de estaciones Guardian de 12,7 mm para vehículos en Arabia Saudí. Después, Escribano entró en Argelia con estas mismas estaciones, también para plataformas terrestres, y dio el salto al mercado latinoamericano con la entrada en Perú, donde tiene una alianza con la empresa local SIMA, y ya ha entregado una veintena de estaciones Sentinel de 12,7 y 30 mm para buques de la Marina de Guerra del Perú (MGP) y cámaras Oteos. El foco ahora está puesto en nuevos mercados como Australia donde la compañía acaba de firmar un acuerdo con la multinacional Moog.

Armada, Ejército de Tierra y Guardia Civil

En España, Escribano obtuvo el año pasado un primer contrato, con la Armada, para el suministro de 34 estaciones de armas remotas Sentinel de 12,70 mm y ocho preinstalaciones adicionales para sus buques por nueve millones de euros. Las dos primeras torres están ya operativas en la fragata Victoria, desplegada en la misión Atalanta de la UE, y ahora los técnicos de la compañía trabajan en la fragata Numancia. Desde la empresa reconocen que la Armada es un cliente "muy exigente".

Este contrato abre la puerta a que las futuras fragatas F-110 incorporen esta misma estación, en concreto, cuatro de 12,7 mm y dos más de 30 mm para cada una. La compañía confía en que está intención de disponer de familia común a todos los buques se materialice, una vez que las fragatas estén construidas.

No obstante, el gran objetivo está en tierra firme. La empresa aspira a dotar con su estación remota Guardian a los futuros vehículos de combate sobre ruedas 8x8 Dragón del Ejército de Tierra. La torre es una de las cinco preseleccionadas para equipar los demostradores tecnológicos del programa, que deberán llegar a la Legión para las pruebas el próximo mes de junio. A la espera de estos prototipos, el Ministerio de Defensa reabrirá el contrato de fabricación de un primer lote de vehículos este año, tras declarar desierta la primera licitación el pasado mes de diciembre.

El CEO de Escribano, Ángel Escribano, explica que "en la actualidad, las estaciones ya están en servicio en la Armada y estamos compitiendo en el VCR 8x8 del Ejército de Tierra. Nosotros fuimos los primeros en entregar nuestra torre el 31 de julio de 2018 a la UTE de los demostradores". Y destaca: "Esperamos ganar el concurso cuando salga".

Junto con los contratos militares, la empresa busca nuevos clientes en el sector de la seguridad. En concreto, está pendiente de una licitación de la Guardia Civil para el suministro de cámaras y de la próxima modernización del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE), también operado por el Instituto Armado.

De cara al futuro, la firma madrileña ha abierto una nueva línea de negocio, los kits de guiado terminal para cohetes y proyectiles de la familia Horus, y trabaja en estaciones de armas de calibres superiores a los 30 mm. "Las expectativas son positivas. Trabajamos para obtener nuevos contratos fuera", resume Escribano. En los próximos meses, y cuando todavía huele a nuevo en su segundo centro de producción, la empresa tiene previsto inaugurar un quinto edificio de unos 1.200 metros cuadrados, que será un centro de investigación y desarrollo para implementar nuevas tecnologías en procesos de soldadura, pintura y procesos finales de la fabricación de piezas.