Las compañías MBDA España y Navantia Sistemas trabajan en una versión española del sistema de defensa áerea Simbad RC, equipado con el misil Mistral 3. Ambas empresas ya mostraron el pasado mes de septiembre el programa para el desarrollo de esta solución a la Armada española, que necesita incorporar a los buques estratégicos, como el LHD Juan Carlos I, la capacidad defensiva ante amenazas cercanas.
El sistema también fue presentado esta semana al Director General de Armamento y Material (Digam), almirante Santiago González Gómez, en el transcurso de la feria naval de defensa y seguridad Euronaval en París. Después dos años de trabajo conjunto, el proyecto está ahora en la fase de definición de requisitos en el Estado Mayor de la Defensa (Emad).
Navantia trabaja en el diseño del sistema y en la integración en la plataforma naval, mientras que MBDA ofrece apoyo al astillero estatal en la etapa de desarrollo y proporciona la lanzadera y los misiles. Este último punto, las empresas apuestan el Mistral 3, la última versión del misil de la multinacional europea. Además, Navantia será la autoridad de diseño del producto con la vista puesta en la futura exportación.
El sistema está pensado para buques de alto valor estratégico de la Armada española entre los que se encuentran el LHD Juan Carlos I, los BAA Castilla y Galicia y el BAC Patiño. Asimismo, la Fuerza Naval estudia su instalación en tres fragatas de la clase Santa Maria.
Tanto Navantia como MBDA destacan que es un producto nacional y de fácil instalación en las citadas plataformas. Los requisitos fijados establecen la capacidad de disparar de forma simultánea cuatro misiles; dos por cada banda del buque.
Tras completar la definición de requisitos, el programa pasará a la DGAM que establecerá la prioridad y buscará la financiación necesaria. Una de las posibles opciones sería la incorporación del sistema a un futuro programa de adquisición de misiles Mistral 3.
La torre básicamente aumenta la capacidad de defensa de los barcos, patrulleros y de todo tipo de buques en general, contra amenazas procedentes de aviones de combate, misiles antibuque o aeranaves de pequeñas proporciones como es el caso de los vehículos aéreos no tripulados (UAV).