Una profesional de Allison Transmission relata en las instalaciones que la compañía estadounidense tiene en Hungría el origen de una firma que supera con creces un siglo de historia. Ahora la empresa, a la cabeza de la producción mundial de cajas de cambios automáticas, suministra a más de 250 fabricantes de vehículos de todo el planeta. Los visitantes vamos atendiendo a sus explicaciones ante cada uno de los cuadros que cuelgan en el recibidor, con imágenes antiguas sobre los inicios de la empresa en Indianápolis (Indiana). Hasta que en uno de ellos cobra vida sorpresivamente el propio fundador, James A Allison, para completar las explicaciones. Ésta resulta no ser una fotografía, como las demás de la sala, sino un monitor perfectamente camuflado.
Más admiración despierta unos minutos después el espectáculo que se ofrece, desde la azotea del mismo edificio, al grupo de periodistas de medios de distintos países europeos, incluido Infodefensa (el único del ámbito de la defensa en español presente) que hace unas semanas visitó el complejo de fabricación y pruebas de Szentgotthárd (Hungría), de más de diez hectáreas, donde la empresa produce desde 2011 sus desarrollos, además de en sus instalaciones de Indiana.
La actuación corrió a cargo de dos camiones Scania P340 de 26 toneladas idénticos, salvo por su color por fuera (uno rojo y otro blanco) y, sobre todo, por su equipamiento por dentro; ya que uno, el rojo, montaba un sistema Allison.
Ambos vehículos trataron de exprimir al mismo tiempo su capacidad de aceleración y maniobrabilidad en una carrera que el rojo ganó con notable diferencia. De este modo quedaron ilustradas sobre el terreno las explicaciones dadas por los expertos sobre las ventajas en el rendimiento de los vehículos que suponen las cajas de cambio Allison. La otra manera de demostrarlo fue probar directamente alguno de los 13 ingenios (entre camiones, autobuses, plataformas militares e incluso un camión del París-Dakar) presentes en la pista de pruebas, ya sea como pasajero o directamente conduciéndolos. Entre ellos se encontraba un Vamtac S5, como los que suministra la compañía gallega Urovesa al Ejército Español.
Todas las versiones
Todas las versiones del Vamtac (siglas de Vehículo de Alta Movilidad Táctico) que es, tras el Humvee estadounidense, el 4x4 militar más vendido del mundo (así lo destacó un representante de la firma ante los periodistas durante una breve presentación a lo largo de la visita), confían su transmisión a la caja automática de Allison. En concreto a la Serie 1000, como explica a Infodefensa.com el director comercial para el mercado de usuarios finales de Europa de la compañía, Trond Johansen, mientras detrás de él los periodistas siguen probando los vehículos, incluido el modelo español.
Johansen destaca la satisfacción que muestran los usuarios en los informes que reciben sobre el comportamiento de sus transmisiones en un vehículo que ya han recibido o encargado, además de España, países como Arabia Saudí, Bélgica, República Dominicana, Ghana, indonesia, Irak, Malasia, Marruecos, Portugal, Rumanía, Singapur, Omán, Ucrania y Nueva Zelanda. Y lo corrobora el responsable de ventas para Europa apuntando “el hecho de que Urovesa vuelva a ganar los contratos de acuerdo marco repetidamente”, lo que considera una buena indicación de la satisfacción con “Allison como componente de este vehículo”.
Plataformas de ruedas y de cadenas
Además, apunta, otras muchas plataformas en servicio en las Fuerzas Armadas españolas montan estos desarrollos, tanto vehículos de ruedas como de cadenas, incluida artillería autopropulsada y carros de combate. A unos metros del área de pruebas donde Johansen da sus explicaciones se encuentra la factoría en sí (de más de 13.000 metros cuadrados), en la que se ensamblan casi a mano las piezas de este gran puzle que es la transmisión automática que equipan en sus entrañas numerosos vehículos militares, como la que palpita revoluciones en el corazón del Vamtac.