Las piezas de artillería autopropulsada Caesar se encuentran entre las primeras de entidad que Ucrania comenzó a recibir de Occidente para defenderse después de inicio de la agresión rusa, iniciada en febrero de 2022. Apenas tres meses del inicio de la guerra, el Ministerio de Defensa ucraniano ya publicó en un video su agradecimiento por la recepción de este obús de 155 mm, mientras muestran una de las unidades recibidas en movimiento y disparando un par de proyectiles.
A aquel primer envío de doce unidades, cedido por Francia, le han seguido más anuncios de suministro de Caesar por parte también de París, hasta sumar 60 piezas; de Dinamarca, que derivó a Kiev las 19 unidades encargadas al fabricante (la francesa Nexter, ahora parte de KNDS junto a la alemana KMW); de Bélgica, que ha anunciado este mes el suministro de tres unidades de las 28 que ha adquirido; y por parte de una iniciativa franco-danesa que a principios de este año prometió otras 72 unidades más.
La suma total asciende a 154 Caesar comprometidos por tres países. De ellos, ha trascendido que ya han llegado 67 unidades, según recoge el último número del semanario francés Le Point. De todos estos existen evidencias de la pérdida de siete piezas. Así se muestra en las imágenes recopiladas por los analistas del portal neerlandés Oryxspioenkop, que desde el inicio de la guerra está recogiendo las pérdidas de material en el campo de batalla de ambos bandos.
Disparos a 40 kilómetros de distancia
En concreto, según esta fuente, cuatro de los 67 Caesar enviados a Ucrania hasta el momento han acabado destruidos, y otros tres han sido dañados.
El Caesar está preparado para mantener una cadencia de tiro de seis proyectiles por minuto y acertar a blancos a más de 40 kilómetros de distancia. “Su fiabilidad y eficacia lo convierten en la herramienta ideal para la guerra de alta intensidad”, destaca el fabricante.