El ministro de Defensa de Dinamarca, Troels Lund Poulsen, y su homólogo argentino, Luis Petri, firmaron, en la Base Aérea Skrydstrup, un acuerdo por la compra de 24 aviones Lockheed Martin F-16A/B MLU Fighting Falcon para la Fuerza Aérea Argentina, concretando la carta de intención firmada el pasado 21 de marzo en Buenos Aires.
El contrato, valorado en 338 millones de dólares, incluye la adquisición de aviones F-16 Block 15 y un F-16 Block 10 desarmado destinado al entrenamiento del personal de tierra. Este paquete incluye la entrega de cuatro simuladores de vuelo, ocho motores y garantías de repuestos por cinco años, como así también la capacitación de pilotos y mecánicos para operar este sistema de armas.
En su discurso el ministro Petri afirmó: “Con estos nuevos aviones estamos dando un paso trascendental en nuestra política de defensa, recuperando la capacidad supersónica de nuestra aviación”. Y agregó: “Gracias a esta inversión en defensa, con orgullo puedo decir que comenzamos a recuperar nuestra soberanía aérea y que nuestra sociedad toda se encuentra mejor protegida frente a todas aquellas amenazas que nos pongan a prueba”.
Se espera que el F-16 Block 10 desarmado llegue este año, mientras que el resto de los aviones se recibirán a partir de 2025. Inicialmente, estos equiparán a la VI Brigada Aérea de Tandil, mientras que el resto se destinará a una unidad aún por definir, probablemente a la IV o V Brigada Aérea.
El ministro Petri estuvo acompañado durante la firma del acuerdo por el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, brigadier general Xavier Julián Isaac, al jefe de la Fuerza Aérea Argentina, brigadier mayor Fernando Luis Mengo, y al secretario de Asuntos Internacionales para la Defensa, Juan Battaleme.
Firma de la compra de los F-16. Firma: Ministerio de Defensa
Cuestiones pendientes
Por otra parte, está pendiente la firma de un segundo contrato con Estados Unidos, previsto para este año, por un valor de 312 millones de dólares. Este acuerdo incluirá el suministro de armamento aire-aire, como misiles AIM-9X Sidewinder y AIM-120D AMRAAM, así como armamento aire-superficie.
Otra cuestión importante es que el F-16 no es compatible con el sistema de reabastecedores con los que opera la Fuerza Aérea Argentina, por lo que sería necesario acordar también la adquisición de un avión tanquero.
Concluye la novela
Desde hace años el país está en la búsqueda de nuevos aviones. Con la baja del sistema de armas Mirage, en 2015, tras 43 años de servicio y 131.000 horas de vuelo, se perdió completamente la capacidad supersónica de la fuerza. A la fecha, la fuerza está conformada mayoritariamente por aviones entrenadores y un puñado de A4 AR Fightinghawk.
A lo largo de los años, los ofrecimientos no han sido pocos, principalmente aviones de origen occidental, usados, que además enfrentan restricciones políticas; y aviones chinos o rusos nuevos con tecnología avanzada. La elección que a priori parece sencilla debe tener en cuenta, además del costo de adquisición, también los costos de operación y el soporte logístico de las aeronaves y el armamento.
La empresa Israel Aircraft Industries (IAI) ofreció en varias ocasiones sus Kfir, en 2006, 2009, 2014/2015, entre 12 y 14 unidades en sus variantes C-10, C-12 y TC-12, planes de pago e incluso transferencia de tecnología, pero el gobierno apuntó a buscar nuevas opciones.
La Argentina intentó incorporarse al proyecto de los Gripen de Brasil, cuestión que fue tomada con cautela por la sueca Saab, quien quería evitar problemas con una corona amiga, en referencia a Reino Unido, cuya respuesta no se hizo esperar con su veto, ya que un gran número de productos y sistemas del Gripen NG elegido por Brasil es producido por empresas británicas.
En 2016 comenzaron las negociaciones con la firma KAI para la adquisición de su avión de entrenamiento avanzado y caza ligero supersónico FA-50. La indecisión política impidió concretar un acuerdo, se replantearon las condiciones, pero la cuestión económica volvió a postponer un acuerdo. Luego del cambio de gobierno el FA-50 seguía siendo la opción favorita para remplazar a los Mirage. Todo cambió a finales de 2020 cuando se dio a conocer el veto del Reino Unido sobre seis componentes del FA-50 Fighting Eagle, descartando la opción.
Varias delegaciones visitaron la Argentina para presentar sus propuestas. Con la Federación Rusa hubo varios acercamientos en materia de defensa. Cuando Xavier Isaac era jefe de la Fuerza Aérea se reunió con el embajador ruso, Dimitry V. Feoktistov, con quien trató las perspectivas de cooperación técnico-militar bilateral entre ambas naciones. Las ofertas fueron variadas, desde el avión de entrenamiento YAK-130 hasta los MiG-29, MiG-35 y los Su-30. Finalmente, el contexto geopolítico descartó la opción de los cazas rusos, oferta que en cualquier caso nunca llegó a convencer del todo a las autoridades argentinas.
La india ofreció el HAL Tejas MK-1A, una delegación argentina integrada por miembros del ministerio de Defensa y la fuerza aérea fueron a Aero India 2023 a fin de evaluar esta opciones.
Una comitiva de la empresa china Catic (China National Aero-Technology Import & Export Corporation)profundizó su ofrecimiento de los aviones Chengdu JF-17, de desarrollo conjunto entre China y Pakistán. En 2017 una comisión de Fuerza Aérea fue a verlo a Pakistán, aunque hoy en su versión Block 3 es otro avión. En 2022 su incorporación dentro del presupuesto 2022 aparentaba una decisión tomada, pero fue rápidamente desmentido y corregido por el ministerio de Defensa.
La oferta de aviones de combate F-16 fue la respuesta de Estado Unidos ante el creciente interés de Argentina por cazas JF-17. Una comitiva de representantes de Dinamarca, Estados Unidos y Lockheed Martin realizó una evaluación e inspección minuciosas (site survey) sobre las capacidades logísticas, de material y de infraestructura de la VI Brigada Aérea con el objetivo de establecer las necesidades y requisitos técnicos del país para poder operar cazas F-16 y así mejorar su oferta. A finales de 2023 se firmó el Third Party Transfer (TPT), que autorizó a Dinamarca a vender los aviones a la Argentina. Ante la falta de respuesta del gobierno de Javier Milei se generó una incertidumbre sobre las negociaciones aunque la decisión ya estaba tomada. Finalmente el 21 de marzo pasado se firmó la carta de intención de compra que se concretó con la firma de este acuerdo.