El mediano plazo no prevé proyecciones compartidas por parte de las naciones latinoamericanas. En términos de Defensa los países atraviesan situaciones muy diferentes y los desafíos que se plantean de cara al 2024 se amoldan a las necesidades mediatas. Problemas en las fronteras, conflictos con organizaciones criminales o conflictos internos, despliegues territoriales, disuasión, desarrollo de la industria nacional, y equipamiento, son algunas de las cuestiones que cada país debe resolver de acuerdo a su historia, tradición, convenios internacionales y su bolsillo.
Un denominador común, salvo algunas excepciones, son los recortes en los presupuestos del sector. A pesar de esto, y a los cimbronazos que producen los cambios de Gobierno en algunos países, las Fuerzas Armadas plantean sus objetivos para el nuevo año, muchas veces recurrentes e inconclusos de años anteriores.
Como en otras oportunidades, el panorama general de proyectos en esta parte del globo refleja grandes asimetrías y la materialización de estos planes pone sobre la mesa cuáles son los Estados que —por mucho o por poco— capitalizan sus fuerzas, y cuales procrastinan y coadyuvan al letargo.
Argentina
El nuevo Gobierno argentino expresó en su carrera hacia la presidencia que una vez en ejercicio atendería las diversas problemáticas que atraviesan las fuerzas de Defensa y Seguridad. Sobre todo, la vicepresidenta Victoria Villarruel (de familia militar), planteó potenciar las capacidades militares para que se equiparen a los otros países de la región y financiar de manera adecuada la Defensa para revertir el deficiente estado de equipamiento e instrucción, con un aumento progresivo durante ocho años hasta alcanzar el 2 % del PIB.
Además, se buscará desactivar la politización del sistema de inteligencia y la ideologización de los centros universitarios de formación.
México
El 2024 es un año electoral en México. Algunos especialistas señalan que será un año austero para todo el Gobierno federal. Recortes a organismos autónomos, la Suprema Corte y las Secretarías de Estado. Con este panorama es complicado que haya un esfuerzo de inversión para adquirir nuevos vehículos y armamento que permitan un incremento en las capacidades castrenses. El 2024 no augura grandes cambios para las Fuerzas Armadas mexicanas.
La presidencia entrante recibirá unas Fuerzas Armadas diezmadas en muchas de sus capacidades, ya que durante los últimos cinco años se dejaron de lado actividades de Defensa nacional para enfocarse en otras muy distintas.
Brasil
Luis Inácio da Silva vetó la Ley de Directrices Presupuestarias (LDO) para 2024. Esto incluye varios Programas Estratégicos para el Ejército Brasileño, la Fuerza Aérea Brasileña y la Marina de Brasil.
También comprende al Prosub, que abarca el Programa Nuclear de la Marina de Brasil, el Programa PFCT o fragata Clase Tamandaré, el Programa de Defensa Antiaérea Estratégica del Ejército y el Programa Pro Adsumus de la Infantería de Marina, por nombrar algunos de los más destacados. Sin embargo, a pesar del recorte, Brasil hace sus proyecciones en Defensa y se plantea objetivos claros de cara al 2024.
Fuentes consultadas por Infodefensa en Brasil confirmaron que este proceso tendrá que pasar de nuevo por el Congreso y que podría incluso anular los vetos presidenciales.
Venezuela
Existen planes de adquisición en cada uno de los cuatro componentes militares (Ejército, Armada, Aviación Militar y Guardia Nacional) de la Fuerza Armada Nacional. Estas actualizaciones se han venido acumulando en los últimos años debido a limitaciones financieras y a las restricciones al suministro de equipos y tecnología militar impuestas a Venezuela por varios países. A pesar de estas restricciones internacionales, es posible que se incorpore nuevos equipos en 2024
Por primera vez en varios años, han trascendido los datos generales del presupuesto anual del Estado. Para el ejercicio fiscal 2024 corresponde al Ministerio del Poder Popular para la Defensa la cantidad de 683 millones de dólares. No obstante, aún no se conocen detalles de las asignaciones presupuestarias.
Bolivia
Tras completar el establecimiento del Sistema Integrado de Defensa Aérea y Control de Tránsito Aéreo (Sidacta) en 2023, las Fuerzas Armadas de Bolivia tienen una lista de requerimientos pendientes que datan de varios años atrás.
Si bien el Sidacta, contratado a Thales, es uno de los sistemas más modernos y completos de la región sudamericana, la Fuerza Aérea Boliviana carece de un avión interceptor para complementarlo. Bolivia también se propone la misión de encarar ciberoperaciones y combatir en el ciberespacio, y el equipamiento para todas sus Fuerzas.
Caribe insular
Varios países del Caribe insular han mostrado planes en el área de Defensa a desarrollar en el transcurso de 2024. Estos incluyen adquisiciones e incorporación de nuevos equipos y sistemas de armas; activación de nuevos comandos y unidades; así como la continuación de obras de construcción y mejoramiento de la infraestructura militar. A la fecha, República Dominicana y Jamaica siguen encabezando los proyectos e iniciativas.
Centroamérica
Las Fuerzas Armadas centroamericanas seguirán reforzando la Seguridad Pública con inyección excepcional de capital.
Honduras tiene la intención de incorporar al menos seis helicópteros Airbus H145 y dos Bell 412. El Salvador prevé refuerzos presupuestarios extraordinarios para mejora de equipos y armamento de sus militares. Y el nuevo Gobierno de Guatemala revisará el presupuesto general de la nación de este 2024.
Chile
Una de las tareas prioritarias para el sector Defensa en Chile durante el 2024 será el desarrollo y mantenimiento de las capacidades estratégicas de las Fuerzas Armadas para que contribuyan a la disuasión y, en caso de su empleo, permitan superioridad operacional en el cumplimiento de sus objetivos en todo el rango de sus tareas y misiones.
El país tiene en marcha la modernización de plataformas como el Leopard2A4, Marder 1A3, M109, F-16, Hercules y G-IV.
Uruguay
Buena parte de los retos de Uruguay en Defensa para 2024 se refieren a procesos ya iniciados y que, por diferentes motivos, se han ido posponiendo en el tiempo. La Armada Nacional tiene como prioridad la recepción de la patrullera rápida clase Chamsuri, donada por Corea del Sur y la llegada del buque científico Mt. Mitchel.
En el caso de la Fuerza Aérea la situación es más crítica, y no se avizora posibilidad de recambio en la aviación de combate. Por su parte el Ejército Nacional espera la recepción de dos decenas de vehículos MRAP Oshkosh M-ATV junto a la donación por parte de Estados Unidos de una cifra similar de MRAP Osprea Mamba Mk5 para ser utilizados en Misiones de Paz.
Pero la firma del contrato para la construcción de dos OPV con el astillero español Cardama concentrará buena parte de la atención para este año.
Perú
El año que comienza es particularmente importante para los institutos armados peruanos, porque se seleccionará a los contratistas que participarán en el programa de modernización que se intenta retomar tras la ralentización iniciada en el año 2017.
La Marina de Guerra del Perú continúa teniendo el liderazgo; el Ejército aún no decide qué transportes blindados de infantería a ruedas y vehículos de combate de infantería a ruedas quiere incorporar; y la Fuerza Aérea anunció oficialmente el proyecto para la construcción de un Puerto Espacial en la región Piura y persigue la modernización de la aviación de caza.
Guayanas
Guyana y Surinam han adelantado procesos de fortalecimiento de sus fuerzas de Defensa apoyados en países amigos. Asimismo, tienen planes propios en materia de equipamiento, en particular Guyana. Todo esto hace suponer que, en el transcurso de 2024, habrá noticias de interés en ambas naciones sudamericanas sobre el tema militar.